El filme titulado The Hangover (o simplemente “la resaca”) trata de eso mismo, un día en el cual los protagonistas están resacados luego del jumo de la noche anterior. Este fue el resultado de una loca despedida de soltero que le hicieron a Doug (Justin Bartha), dos días antes del día de su boda. Dicha despedida de soltero se realizaría en Las Vegas, un poco lejos de la ciudad donde residen (Los Ángeles).  Lo que tenemos aquí es una comedia con una buena mezcla de idiotez, locura, e irracionalidad, y por tal razón, me pareció una buena comedia. Los momentos que definen a The Hangover son aquellos en los que tenemos a Zach Galifianakis haciendo de las suyas, y los extraños momentos en los que aparece Ken Jeong, junto a la música de fondo que nos sumerge más en lo que sucede en pantalla.

¿Quién es un buen muchacho? ¿Quién es un buen muchacho?

Del grupo de los borrachones, a quien primero nos introducen es a Alan (Zach Galifianakis), hermano de su esposa (o cuñado), quien de sólo verlo sabemos que, por así decirlo, no es un sujeto que tenga los pies sobre la tierra. En mi caso, no sabía de la existencia del Sr. Galifianakis antes de esta película, y su actuación fue lo que me pareció lo mejor de esta. Su personaje es el raro por naturaleza, sus acciones escapan toda lógica, y es el que más me hace reír.

No, es que nos olvidamos de la existencia de Doug

Del grupo de amigos de Doug tenemos a Phil (Bradley Cooper), quien es el padrino de la boda, y quien al principio de la película carga con la responsabilidad de decirle a la novia que lo más probable la boda no se va a dar porque no encuentran al novio. Su personaje es el más balanceado y será el quien mantendrá el optimismo en el equipo mientras reconstruyen lo que pasó la noche de la despedida de soltero. No está  muy loco, y no es ilógico en sus acciones, pero simplemente le pasan vainas que me da risa.

Esa mirada de culpa de cuando no has hecho absolutamente nada malo.

Finalmente, en el grupo de los borrachos tenemos a Stu (Ed Helms), quien está en una relación “amorosa” abusiva. Su mujer es quien le ordena todo lo que tiene que hacer, casi siempre está enojada, y figurativamente hablando, ha castrado al pobre Stu. Tan mal es el caso de este señor que tiene que mentirle a su dueña para poder irse con sus amigos a la despedida de soltero, diciéndole que van para otro lado y no Las Vegas. Debido a su abusiva relación, tiene un aire de negatividad por temor a que su mujer se entere y lo reprenda por ello.

Oh, Stu, no sabes cuánto te entiendo. Piensas cometer el error de casarte con ella porque temes que no encontrarás a nadie más que te ame, crees que esto por lo que pasas es normal, y crees que eres feliz. He estado feliz desde que me divorcié de mi primera esposa, el sentimiento de alivio es inexplicable. Ella, en cambio, jamás ha estado más enojada conmigo, pero esos detalles los dejaré para otra historia.

Leslie Chow

Si hay un personaje que merece ser mencionado más que el desaparecido novio de la boda, es el Sr. Leslie Chow (Ken Jeong), quien nos dice que esta película no tiene miedo de llegar al extremo de lo absurdo. Chow es sólo un apostador que cae víctima del grupo de los borrachos. Las participaciones de Galifianakis y Jeong son las que agregan “acciones” completamente inesperadas, y me hacen pensar que esta película es muy extraña. Cómica, pero extraña.

Conclusión

Todo el desarrollo de la película The Hangover viene como una grata sorpresa, tiene sus momentos absurdos, raros, y definitivamente cómicos. Sin embargo, esto es una comedia para gente que entienda el humor gringo, pues como he dicho anteriormente, llega a situaciones absurdas y que no son para a buscarle defectos a una comedia (donde sabemos que la lógica no va de la mano con el género). Sobre los personajes de Zach Galifianakis, Ed Helms, y Bradley Cooper es donde recae la narración, pero no considero al personaje de Justin Bartha como uno de los protagonistas, pues éste estaba perdido durante la mayor parte de la película, más bien una excusa para hacer las locuras que la definen.

Y niños, recuerden que “lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas. Excepto herpes, que vendrá por contigo.”

Debe haber una buena historia detrás del pollo. No, no quise decir detrás. ¡Demonios!