Birdman (2014)
La inesperada virtud de la ignorancia
No tengo nada malo que decir de Birdman de Alejandro González Iñárritu. Fin de la historia. Recojan los bates y váyanse a sus casas. Al mencionar “Birdman”, lo primero que me viene a la mente son los dibujos animados producidos por Hanna-Barbera, pero no se trata de eso, sino más bien de que no pudieron usar Batman por tratarse de una marca registrada. No, es broma.
Birdman trata de cómo un actor que una vez fue un superhéroe de acción de hace 20 años atrás ha caído en decadencia y ahora para recuperar parte de su estrellato, adaptó, produce, y protagonizará una obra de teatro en Broadway. Como una especie de parodia, este actor en decadencia llamado Riggan Thomson es interpretado por Michael Keaton, quien hace más de 20 años hizo el papel de Bruce Wayne/Batman, y no se involucró en una segunda secuela. Así que por mi parte es muy difícil diferenciar entre Birdman y Batman, y más cuando la voz del primero suena parecido al cáncer de garganta del segundo gracias a las Batman de Christian Bale.
La obra teatral que tanto le ha costado a Riggan adaptar es “What We Talk About When We Talk About Love” (no vi ninguna traducción en los subtítulos) de Raymund Carver. Uno de los problemas es que nadie lo recuerda después de ser Batman Birdman, y una vocecita en su cabeza le recuerda lo exitoso que era cuando era el único superhéroe y que puede alcanzar la gloria nuevamente. Quizás estoy sobreanalizando el asunto, pero noto ciertas similitudes entre los fragmentos que nos enseñanan de la obra teatral y la vida de Riggan Thomson; es como si el director González Iñárritu nos dijera “sólo voy a mostrarte este pedazo de la obra porque casualmente se refleja en la vida de Thomson”.
Debido a un accidente, se ven obligados a buscar a un actor famoso que nadie sabe si renunció o lo despidieron de su trabajo anterior. Este es Mike Shiner, interpretado por Edward Norton, y al igual que con The Incredible Hulk (2008), no sabemos si renunció al papel o lo despidieron o si casi siempre tiene problemas con los productores de sus películas. Yo lo único que sé Mike Shiner tiene problemas con Riggan Thomson por intentar brillar más que el protagonista. ¿Es eso lo mismo que pasa con Edward Norton y Michael Keaton en esta misma película? Probablemente sí, y probablemente el apellido “Shiner” sea una parodia.
¿De qué es lo que hablamos cuando hablamos de amor? Un tema complejo, sin duda, pero la película se encarga de darnos unas pequeñas pistas, no en la obra teatral, sino en la vida real de Thomson, su familia y amigos. Así tenemos a su tormentosa hija Sam (Emma Stone), a quien nunca pudo prestarle mucha atención paterna y terminó yendo a rehabilitación por uso de drogas; a su ex-esposa Sylvia (Amy Ryan), a quien le pegó los cuernos en una fiesta de aniversario; a su abogado/productor/mejor amigo Jake (Zach Galifianakis), quien soporta económica y moralmente esta producción teatral; a una de las co-protagonistas Lesley (Naomi Watts), quien siempre ha soñado con ser una estrella de Broadway; y a su nueva amante Laura (Andrea Riseborough), con quien podría tener un bebé. Todas las actuaciones son astronómicamente buenas, y mi favorito es Zach Galifianakis por ser tan diferente a todas las comedias en que lo he visto.
Para concluir, me parece que Birdman es una excelente película que no pareciera que tuviera 2 horas de duración por la hermosa forma de llevar la historia y el asombroso trabajo de fotografía de Emmanuel Lubezki. Ahora bien, “excelente película” es sólo una etiqueta que cualquiera puede ponerle, así como en nuestro país hay gente que llama a una película “disparatosa” o “mojiganga” sin abordar el tema que trata ni intentar entenderla ni tomar en consideración el esfuerzo que se ha hecho para lanzarla, y tenemos que tomar esas palabras porque sí. Bueno, pues ve a ver Birdman, y no confíes en lo que he escrito. Y sí, ese es otro de los temas que toca Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia.