Snitch (2013)
El Infiltrado

Lo que tenemos aquí es una película sosa que no entretiene, y que malgasta a su protagonista. Al ver la portada de Snitch, hubiéramos creído que la película se trataría de persecusiones vehiculares, choques colosales con un camión, y una que otra escena de combate cuerpo a cuerpo contra La Roca. Haber creído esto fue un grave error. Dwayne Johnson podría ser el Arnold Schwarzenegger de estos tiempos, pero lo que le dan son estos papeles en los que no hace nada importante (y le seguirán dando aún más papeles). Su rol en esta película es la de empresario, y un poco de agente encubierto, pero no está supuesto a hacer más nada (lo cual me recuerda a Tooth Fairy).
La película empieza cuando un tal adolescente de nombre Jason Collins (Rafi Gavron) está chatiando con un “amigo” suyo, y éste último le dice que le va a enviar un paquete de pastillas, y que Jason podría ganarse US$2,000 con sólo guardar la caja por por un par de días en lo que el tal “amigo” viene a recogerla. Por supuesto, el muy idiota recibe el paquete porque quiere probar a qué saben las pastillas, y lo terminan enviando a prisión por narcotráfico. El muy infeliz tiene que cumplir una pena mínima de 10 años, que suena injusto porque él sólo abrió una caja de cartón que tenía un montón de pastillitas dentro. ¿Qué tipo de pastillas? No sé, la película no dice, y no sería correcto mencionar nombres, sólo puedo asegurarles que no era viagra.
El padre de Jason, John Matthews (Dwayne Johnson), contrata a un abogado que puede conseguir un trato con la fiscal y así reducirle el tiempo de condena a su hijo. El trato consiste en que Jason tendría que tenderle una trampa a algún conocido para que sea arrestado, acusado y condenado bajo el cargo de narcotráfico. El “amigo” de Jason hizo un trato parecido con las autoridades, pero acusó a Jason de ser también un distribuidor de estupefacientes que lo ayudaría con la venta de las pastillas. Ese jablador. Por supuesto, Jason decide tomar su castigo como un hombre –siguiendo las enseñanzas de Frank Slade de la película Perfume de Mujer, en lugar de seguir las sugerencias de su abogado y de su padre de convertirse en un soplón (la traducción de snitch).
Esto suena absurdo porque no tienen evidencia y lo único que tienen es el testimonio de un mentiroso. Esto para mí es lo mismo que un “amigo” mío me envía por correo una sierra eléctrica toda ensangrentada dentro de una caja de cartón para que se la guarde por medio día. A los 3 segundos después de destapar la caja, viene la policía tocando a mi puerta acusándome de homicidio de primer grado por tener dicha sierra eléctrica, y sin importar mi defensa ni mis argumentos, me condenan a prisión. Esto conlleva a las preguntas: ¿Quién diablos manda droga usando un repartidor/courier? ¿Cómo es que se puede condenar a alguien que no tiene ningún tipo de récord y son las autoridades quienes plantan la evidencia? No, prefiero no saber la respuesta, esta película quedó así y no hay nada que se pueda hacer. Deberían de devolvernos el dinero a todos los infelices que fuimos a verla.
Claro, los problemas padre e hijo salen a relucir a medida que avanza el filme, mostrándonos un poco de los dos lados de la historia. John siente la responsabilidad de liberar a su hijo de prisión, por lo que insiste en hacer un trato con la fiscal Keeghan (Susan Sarandon): él ayudará a la DEA a capturar a un narcotraficante y ella hablará con un juez para reducirle la pena a Jason a 6 meses. Este es el momento en que quise dejar de ver la película. ¿Qué clase de fiscal pone en riesgo la vida de un civil? Yo diría que la fiscal secuestró a un pobre muchacho con la finalidad de reclutar a Highlander y así capturar a cierto narcotraficante. Como aún no lo van a dejar a sus anchas, contará con la ayuda –remota– del Agente Cooper (Barry Pepper), quien tiene un bigote falso que se ve a leguas. Adicionalmente, como John no conoce el bajo mundo del narcotráfico, requerirá de la ayuda de uno de sus empleados, un ex-convicto llamado Daniel James (Jon Bernthal), que haría mejor quedándose en la serie de televisión The Walking Dead.
En fin, no me encontré a Snitch entretenida porque los narcotraficantes se ven caricaturescos, las cámaras se mueven demasiado y me marean, Dwayne “La Roca” Johnson se ve fuera de lugar (admito que me gustó su actuación), y todo el argumento del meter a prisión al hijo y luego hacer un trato con la fiscal se ve muy forzado. Ignorando esto que no me gustó, puedo decir que Snitch es un filme que puede gustarle a más de uno porque tira a thriller con pizcas de drama. La actuación de Susan Sarandon es la que más sobresale, pero su personaje no hace casi nada. No recomiendo irla a ver al cine, sino esperar a que la pasen por Netflix o por cable, cuando no haya absolutamente nada que hacer.