The Spy Who Loved Me (1977)

‘The Spy Who Loved Me es la décima película de James Bond, y la tercera de la era de Roger Moore. A diferencia de las dos anteriores, esta es un poco más lenta, y su trama es muy similar a la de You Only Live Twice, pero sin los ninjas estúpidos. En esta ocasión, Bond será acompañado de la Mayor Amasova, de la KGB, en un acuerdo anglo-ruso para dar con el paradero de dos submarinos desaparecidos, uno ruso y otro británico.
Hablando de submarinos, la película empieza con el secuestro de estos dos submarinos. La KGB y el MI6 envían a sus mejores agentes individualmente, pero luego caen de cuentas que sus planes se solapan y podrían cooperar mutuamente. La canción del inicio es espectacular y basándonos en lo que se muestra, se hace obvio lo que sucederá en la película. El título podría tener doble sentido (Bond y Asomova son espías), o triple sentido (no lo revelaré), o quizás es uno solo y yo me estoy inventando vainas.
El Villano
Karl Stromberg (Curd Jürgens) es el dueño de una naviera que también posee unos laboratorios de investigación científica. En estos laboratios fue que se construyó un dispositivo para localizar submarinos, los cuales usará para su plan malévolo. La vida de Stromberg es el mar y por eso vive en una fortaleza marina llamada Atlantis. No le tiene simpatía a los demás seres humanos, pues los mata sin darle mucha mante, muy parecido al perdedor de Blofeld en You Only Live Twice, y al igual que éste, tampoco se involucra mucho en la ejecución de su plan. De hecho, Lewis Gilbert es el director de estas dos películas tan parecidas.
Su plan malévolo consiste en secuestrar a dos submarinos nucleares y volar las ciudades de Nueva York, EE.UU., y Moscú, Russia, haciendo que estas dos potencias entren en guerra. Eliminaría así a gran parte de la población humana, y gobernaría como el líder supremo su ciudad bajo el mar. A diferencia de todas las iteraciones de Blofeld, Stromberg no busca enriquecerse (más). Esta forma tan caricaturesca de representar el mal es lo que yo considero un verdadero villano. Stromberg cree que está haciendo lo correcto al eliminar a gran parte de la humanidad para hacer que los sobrevivientes (o elegidos) estén obligados a apreciar y a cuidar de los océanos. Este plan es terrible, y si le gusta tanto el mar, debería de suicidarse y dejar que se lo coman los peces. La humanidad avanzaría mucho con la tecnología que nunca quiso difundir al mundo.
Primero que nada, para ejecutar su plan necesitaría muchos misiles nucleares que, obviamente, no tiene; y bombardear a Nueva York y Moscú no sería suficiente como para hacer que EE. UU. y Rusia echen el pleito porque Inglaterra sabe que se robaron dos submarinos nucleares. Segundo, si su ciudad marina no incluye a otros animales y vegetales, sino que sólo vivan de mariscos y algas, posiblemente sus ciudadanos morirían de hambre o desnutrición; no estoy diciendo que vivir a base de mariscos y algas sea imposible, sino que es muy difícil mantener a una ciudad completa a base de mariscos (¿tendría granjas de peces y langostas?). Tercero, ciudades humanas submarinas nunca han funcionado, y este señor no tuvo suficiente tiempo en la película para explicar cómo manejaría las necesidades de sus ciudadanos, ya que muchos de los materiales que necesitamos están sobre la tierra. Una tierra que, de llevarse a cabo el plan de Stromberg, estaría irradiada por misiles nucleares.
Jaws (Richard Kiel) es uno de los subordinados del Sr. Stromberg. Su característica más evidente son sus dientes de acero que usa para — bueno — morder casi todo, desde cadenas de acero, hasta cuellos humaos. No habla porque quizás se habrá mordido la lengua con esos dientes. Además, es un gigante con superfuerza, y es prácticamente inmortal. Terminator tuvo que haber sido inspirado en este personaje.
Las Damas
De las pocas damas que aparecen en The Spy Who Loved Me, creo que la única que vale la pena mencionar es la protagonista Anya Amasova (Barbara Bach), quien es una agente de la KGB, y su nombre clave es Triple X (o XXX, porque las mujeres de Bond nunca ganan). Esta mujer parece inteligente por las pocas líneas de diálogo que le toca, y su habilidad como espía no se iguala a la de Bond (a quien no le van a restar protagonismo). Anya, al recitar la biografía de James Bond, relata que éste se casó una vez (y esto es importante porque hace referencia a On Her Majesty’s Secret Service).
Barbara Bach se ve bien en pantalla, pero a veces se le olvida el acento ruso que estaba imitando, es eso o no estaba imitando a nadie y su acento cambia según su actitud.
Los Aparatos
Atlantis es la fortaleza de Karl Stromberg ubicada en la costa de Sardinia, Italia. Esta fortaleza tiene lo que todo un supervillano puede desear, es indetectable porque puede sumergirse, tiene un tanque con un tiburón siempre hambriento para deshacerse de los empleados revoltosos, y una cápsula de escape para esos casos de emergencia en que todo se va a pique.
El tanquero Liparus, perteneciente a la naviera de Stromberg, es capaz de rastrear a submarinos indefensos, deshabilitarle todos los sistemas y hacer que salgan a flote, y tragárselos. Esto funcionó tres veces a lo largo de la película, es decir, capturó a 3 submarinos, uno británico, uno ruso, y uno estadounidense. También tiene un sistema de transporte interno que usa monorieles.
Este Lotus Esprit tiene la modalidad de convertirse en submarino. Mientras está sobre tierra sólo vimos cómo puede disparar cemento desde la parte trasera, pero en modo de submarino tiene misiles, periscopio, minas submarinas, y una cortina de tinta/humo.
El lector portácil de microfilm es útil para los casos en los que tienes que ver el contenido de unos planos mientras escapas de los villanos.
Este cigarrillo dispersa un gas que es capaz de dejar inconsciente al probre infeliz que tengan la suerte de soplárselo cerca.
No sé qué decir acerca de este reloj con impresora incluida. Eeehhh, no es Rolex, y sólo se usó una única vez para informarle al agente 007 que debe reportarse de inmediato.
Conclusión
The Spy Who Loved Me es una película lenta que, luego de las dos anteriores de Roger Moore, en ocasiones aburre. Tiene escenas ridículas que caracterizan a la franquicia, junto a esas líneas que son de un humor bastante oscuro. Roger Moore es un buen James Bond, y esta es la tercera ocasión que lo encarna perfectamente. Me hubiera gustado que la Mayor Amasova hubiese tenido más protagonismo en la película. El villano de este filme es uno cuyo rol principal es idear el plan maestro y mantenerse lejos de la acción (porque para eso están los subordinados).
Los escenarios usados me gustaron porque me parecieron bien trabajados, desde la fortaleza del origen del mal, hasta el interior de los submarinos. Han mejorado tanto con la música, el tema del principio y final, como la música de fondo.
El final me pareció muy apresurado, pues la mayor parte de la película se enfocó en el romance de Bond y Amasova, y su encuentro con Jaws. Bueno, no tanto así, eso no me pareció romántico, pero en películas de espías no se puede esperar tanto. Todo el embrollo se resuelve en los últimos 15 minutos de la película.
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