Diamonds Are Forever (1971)

Diamonds Are Forever es la séptima película de la franquicia de James Bond, y la última protagonizada por Sean Connery en el canon oficial. Luego de haber visto On Her Majesty’s Secret Service (1969), esta película cae corta, y en ocasiones se torna aburrida. Las peleas no se ven tan bien, y hay veces en que la música de fondo se torna anticlimática. De más está decir que no me gustó esta entrada.
Luego de los eventos de la película anterior, Bond está buscando a Blofeld (de nuevo), quien no se queda quieto en en solo lugar. Luego de que lo encuentra, Bond lo tira en un lodo caliente, eliminándolo de una vez por todas — si no fuera porque cada vez que empiezan una película de esta forma sabemos que el villano volverá de una manera u otra. Por lo visto, Ernst Stavro Blofeld estaba trabajando en crear imitaciones de sí por medio de cirujías plásticas. No me pareció que esto tuvo algo importante que ver con la trama.
El Villano
Ernst Stavro Blofeld hace otra de sus apariciones en la franquicia, esta vez encarnado por Charles Gray). La razón por la que me parece tan familiar es porque Charles Gray interpretó a un contacto de James Bond en Japón, el Sr. Henderson, en la película You Only Live Twice. Dejando eso de lado, y haciendo la anotación de que Blofeld ahora no es calvo, asumiré que ha pasado por cirujía reconstructiva para quitarle esa horrible cicatriz (viendo el resultado en One Her Majesty’s Secret Service), y finalmente le implantaron cabello (siendo esta su última forma).
Su plan malévolo consiste en poner un satélite en órbita que dispara un rayo de calor que destruye todo a su paso. Blofeld pone en subasta el armamento de cada nación, es decir, la nación que puje la mayor cantidad de dinero será la única nación a la que Blofeld no le destruirá su armamento militar usando el satélite. A mi entender, ha gastado tanto dinero que ya no tiene una organización criminal, sino un montón de gente hambrienta pidiendo a la calle. Esta es la razón por la que secuestra y personifica al dueño del hotel Whyte House, quien tiene un portafolio bastante diversificado que incluye plataformas petroleras, tecnología para lanzar satélites, y un estudio de grabación para fingir el aterrizaje lunar.
Hubiera pensado que Blofeld usaría las cirujías para hacerse pasar por el dueño del hotel, pero no, lo que nos dicen es que el dueño no ha sido visto desde varios años. Suplan no me parece muy bueno que digamos, y el hecho de que use un cassette de radio para controlar el satélite es la idea más estúpida que he visto en la serie hasta este momento. ¿Por qué digo esto? Porque con darle a un simple botón, el cassette sale del tablero de control, cae al piso, y se pierde el control del satélite. Está tan mal diseñado que mientras le da la acostumbrada explicación del plan a Bond, este último saca el cassette frente a sus ojos.
A lo largo de la película estos dos personajes juegan un papel importante en el transporte de los diamantes que se usarían en el satélite. ¿Cuál es ese papel? Pues eliminar a cada uno de los miembros de la red de contrabando que extrae diamantes desde Sudáfrica hasta que llegan a las manos de Blofeld en Las Vegas. Una muy buena observación es por qué razón ellos, como subordinados de Blofeld, van matando a los implicados en el transporte de diamantes en lugar de ellos mismos encargarse de transportar los dichosos diamantes. Como Bond da una explicación muy breve, concluyo que es porque el satélite se completaría con el último lote de diamantes, y que no quieren “dejar cabos sueltos.”
Las Damas
No sé qué decir de Tiffany Case (Jill St. John). Al principio se muestra como una mujer inteligente que desconfía de la identidad de James Bond como transportista de diamantes, pero a medida que pasan los minutos su inteligencia va en descenso. Este personaje es vital para el desarrollo de la trama, pues ayuda a Bond en más de una ocasión, luego necesita ser salvada constantemente, y finalmente hace que James Bond se incomode al punto de llamarla idiota.
Plenty O’Toole (Lana Wood) es otra de esas mujeres que tiene la mala fortuna de tener un nombre horrible. No hace nada particularmente especial en la película, pero quise poner una foto de ella por la misma razón que fue incluida en la película.
Los Aparatos
Este satélite dispara un rayo de calor que le prende fuego a todo lo que esté a su paso, detona los misiles que encuentre, o derrite lo que haya sobrevivido a las dos anteriores. Gira alrededor del planeta, y sólo funciona con los rayos del Sol, es decir, que si es de noche en Inglaterra, lo más probable es que el satélite este no podrá hacer nada.
No sé cómo James Bond tenía esto dentro de su traje sin que la trampa esta se activara. Esta ratonera portátil va encima de la camisa agarra los dedos de quien menos se lo esté esperando.
El vehículo lunar se encuentra en el estudio donde están filmando el aterrizaje a la Luna (haciendo referencia a las teorías de conspiración). Bond usa este aparato para huir del laboratorio de investigación donde se construía el satélite mortal.
La pistola con gancho es usada por Bond para subir al último piso de Whyte House porque usar el elevador es muy obvio, y el villano principal podría estar esperándolo.
El anillo raro este lo usa Q (Desmond Llewelyn) para sacar el premio mayor en las máquinas tragamonedas, haciéndose millonario y dejando de lado su trabajo mal pagado. No, en serio, sólo sacó el anillo a pasear y verificar que funcionaba, sin ningún otro propósito.
Conclusión
Diamonds Are Forever no es la mejor película de Bond, pero tampoco es la peor. Quedó decente y, luego de la anterior, quedé un poco decepcionado con el rumbo que tomó. Reitero que no me gustó, la actuación de Sean Connery no fue de sus mejores, se pierde mucho tiempo con los diamantes y otras cosas sin importancia, al final es cuando nos enteramos del plan del villano y de paso nos deja dicho que va a fallar miserablemente.
La actuación de Jill St. John es buena, pero su personaje pasa de inteligente a torpe una vez es seducida por Bond. Charles Gray no hace un Blofeld que intimida, sino uno que yo usaría en una comedia, aunque reconozco que hizo un buen intento. El desarrollo del filme a veces se pone lento porque no avanzan la trama. Algunas de las líneas de los diálogos intentan relajar un poco al espectador por las diversas referencias que hacen.
Habiendo dicho todo esto, considero a Diamonds Are Forever un tanto a la par con Thunderball en cuanto a películas de James Bond con Sean Connery se refiere. No fue un completo desastre, pero tenía mayores espectativas.
Ninjas. Al menos esta película no tuvo ninjas. Por eso estoy agradecido.
You must be logged in to post a comment.