21 Jump Street  es una comedia basada en la serie de televisión de finales de los 1980s, y que sólo intenta parecerse a ésta sólo en la idea general de policías encubierto. Confieso que no conocía la existencia de dicha serie hasta ver esta película, posiblemente porque en ese entonces estaba volviendo a ver los episodios de Magnum, P.I., pero ya esa es otra historia. Lo que tenemos aquí es otra variante de la “pareja dispareja”, que en este caso hace idioteces porque sí, y abraza ese concepto de principio a fin. Me encanta.

La película no pierde mucho tiempo en introducirnos a los protagonistas, el chico apuesto y popular Jenko (Channing Tatum), y el chico inseguro y raro Schmidt (Jonah Hill). Ninguno de los dos irá al baile de graduación por diversas razones. Siete años más tarde se encuentran coincidencialmente  en la academia de policía. Yo no sé en qué año escolar estaban cuando faltaron al baile de graduación ni qué habrán hecho durante esos 7 años, y realmente no me importa mucho. Lo que debemos saber es que Jenko es bueno en el entrenamiento físico, pero tiene problemas en los exámenes teóricos, y Schmidt es el caso opuesto. De aquí ambos unen sus fuerzas para poder sobrevivir a la academia y hacer a sus padres orgullosos.

Listos para combatir el crimen, ¿verdad?

En fin, en menos de diez minutos de película Jenko y Schmidt demuestran que son unos incompetentes como oficiales, y por esa razón van a asignarlos al grupo de operativos encubiertos llamado “21 Jump Street”. Y si te estás diciendo que esto no tiene sentido, pues tienes razón, y ese es el punto. Esta película es ridícula, y por eso es que la encuentro entretenida. Tiene los estereotipos de “fortachón con deficiencias intelectuales”, “gordito inseguro con deficiencias físicas”, y “jefe de policía negro y malhumorado”, y lo saben, y sabemos que ellos lo saben, y por eso es cómico. Abrazan el concepto y lo ejecutan hasta el final.

La misión de Jenko y Schmidt es hacerse pasar por estudiantes de secundaria/bachillerato para desenmascarar al suplidor de una nueva droga conocida como “H.F.S.”, antes de se propague a otras escuelas. Parar esto adoptarán identidades secretas que tomen ventaja de sus habilidades; Jenko asistirá a clases de drama, donde tomará ventaja de su apariencia, y Schmidt asistirá a clases de química, donde podrá seguir siendo estudiante. Como esto resultaría aburrido y obvio, los papeles se intercambian accidentalmente por lo que Jenko irá a química, y Schmidt a drama. Y como si fuera poco, lo que recordaban de sus años de estudiantes es muy diferente a la realidad con la que se encuentran en esta misión.

No se trata de un sandwich de diarrea, esta es su cara normal.

La película se burla de sí misma, y el primer indicio de esto es cuando introducen al Capitán Dickson (Ice Cube) en una iglesia con un Jesús coreano. También hay ciertos chistes relacionados al tema durante una persecusión en una autopista, pero prefiero no entrar en detalles. La presencia en pantalla de Jonah Hill junto a Channing Tatum es algo extraño, pero funciona porque precisamente de eso se trata.

Conclusión

21 Jump Street  es una comedia ridícula que se burla de sí misma y de sus protagonistas, y que por eso funciona. Por supuesto, hacer reír a la gente no es un lenguaje universal, por lo que sólo podría recomendársela a gente que tenga el cerebro tan frito como el mío. La forma en que termina abre la puerta para una secuela, y es algo que me interesa ver.

Esa bandera la reconozco a millas de distancia.