Lucy (2014)

No hay forma fácil de describir lo que es este monstruo llamado Lucy porque cuando termina la película estaba tan confundido que se me hizo imposible entender el final o el tema de la película o el mensaje o lo que sea que Luc Besson estaba intentando hacer. De hecho, todavía estoy confundido y sigo sin entender nada. Sin tomar en cuenta lo absurdo que es todo el tema de “usamos sólo el 10% de nuestro cerebro”, la película es contradictoria, la protagonista toma malas decisiones sin explicación, y no es algo que yo pueda disfrutar aún usando menos del 10% de mi cerebro.

Entiendo que la película está supuesta a ser tonta, que no debe tomarse en serio, y que se trata de una mujer que por casualidad adquiere superpoderes y tiene que hacer algo con éstos, aunque nadie sepa realmente el qué. Sin embargo, la película se convierte de interesante y ligeramente entretenida a un desastre sin propósito ni enfoque que sólo tiene violencia para llamar la atención. Si hubieran desarrollado un poco mejor los poderes de Lucy, quizás no tendríamos que estar perdiendo el tiempo con unos mafiosos sin importancia que no significan ningún tipo de reto a la todopoderosa Lucy.

La película empieza con una estudiante de–no sé– llamada Lucy (Scarlett Johansson), quien tiene una discusión/negociación con un patán cualquiera que la obliga a entregar un maletín a un tal Sr. Jang (Min-sik Choi). El Sr. Jang es un poderoso mafioso coreano que se mueve en el bajo mundo de Taipei, Taiwan, y tiene secuaces de ambas nacionalidades (coreana y taiwanesa) porque puede. No sé porqué no hicieron todo esto en Corea del Sur, pero ni modo. Lucy terminará siendo una mula para el Sr. Jang y tendrá que transportar en sus intestinos un paquetico de droga a–no recuerdo.

El caso es que uno de los lacayos taiwaneses del Sr. Jang le entra a patadas a Lucy en la panza, y el paquetico de droga empieza liberar granitos azules en su torrente sanguíneo. No sé porqué no la podían mantener en un hotel hasta que llegara la hora del vuelo, pero ni modo. Tal parece que ninguno de los narcotraficantes estos sabía que una sobredosis de la vaina esta le daría superpoderes a los drogadictos que planeaban vendérsela. Lucy no es una drogadicta, sólo estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada con el patán equivocado. Lo interesante es que Lucy es una debilucha cualquiera y que, luego de ingerir esteroides, pierde la capacidad de expresar emociones, por lo que se vuelve fría, seca, y aburrida.

Me gustó la mezcla extraña de clips de animales con la forma en que Lucy es capturada por los mafiosos. Luc Besson nos estaba diciendo lo que iba a suceder de una manera creativa y sin tener que poner a alguien a explicárnoslo, pero todo lo bueno tiene que acabar en algún momento. La fotografía, los efectos visuales, y la banda sonora son excelentes, pero como la historia es débil y confusa, se me hace difícil decir que es una buena película.

¿Qué pasará cuando Lucy logre usar el 100% de su cerebro? Empezará a convulsionar, por supuesto. Hablando en serio, y tomando en cuenta que en el universo de esta película la regla del 10% es la realidad, los superpoderes de Lucy hacen ver a Bradley Cooper de Limitless (2011) como alguien que usa sólo el 12% de su cerebro. El Prof. Norman (Morgan Freeman) está en la película para dar explicaciones y guiar (un poco) a la infeliz de Lucy. Estoy seguro que Richard Dawkins empezaría a desmentir al Prof. Norman en medio del cine si tuviera la oportunidad.

Para concluir, no me pareció que Lucy  fuera una buena película, pero tampoco una tan mala como Transcendence (2014), que casi toca el mismo tema. Lucy parece sacar el conocimiento de la nada sólo porque es capaz de usar su cerebro mejor que el resto de la humanidad. Algunos me responderán que saca el conocimiento de sus células y la historia del Prof. Norman de cómo cada célula transmite su conocimiento a futuras generaciones, pero yo prefiero no hablar más de esto y leer algo científicamente más preciso.