Skylines (2020)

No puede ser, pero lo es. Skylines o Skylin3s es la secuela a Beyond Skyline (2017), que por falta de creatividad es el título de la primera película, Skyline (2010), pero con una “s” para de alguna manera diferenciarla y confundir a los infelices que no la estábamos buscando. Yo creía que todo había terminado con Beyond, pero no, todavía al director/guionista le queda otra dosis del laxante y tiene que liberarse de alguna manera. Y lo peor es que nos hace creer que una cuarta entrega no será una idea fuera del alcance.
La película empieza con un tal Grant (James Cosmo) narrándonos los últimos 30 segundos de Beyond Skyline, en la que una jeva llamada Rose (Lindsey Morgan) por alguna razón puede usar la tecnología extraterrestre. Grant añade que hubo una pelea final con una nave nodriza o algo, y que por desgracia murió un viaje de gente. A partir de entonces nadie ha vuelto a ver a Rose, y eso fue hace 5 años atrás. Y si llevo bien la cuenta, pues entonces es el año 2025, donde los extraterrestres con ojos rojos conviven con los humanos y no hay extraterrestres con ojos azules que quieren matar o extraer cerebros.
Por alguna otra razón también estamos en Londres, y yo no voy a buscar razones porque si se fueron de Los Ángeles a Laos y terminan en Londres en 15 años, pues ni modo. Rose aparece porque de lo contrario no habría continuidad con la película anterior, y su hermano postizo, el extraterrestre Trent (Jeremy Fitzgerald), también vuelve a la franquicia. El padre de éstos, Mark (Frank Grillo), sólo es mencionado y aparece de las escenas sacadas de Beyond, quizás porque Frank Grillo tiene mejores cosas que hacer o porque no necesita de los pesos que podría conseguir de esta vaina.
El caso es que el general o presidente o generalísimo Radford (Alexander Siddig) ha armado un equipo élite para recuperar un macguffin en el planeta Cobalt, y tienen 72 horas para recuperarlo de lo contrario los extraterrestres de ojos rojos sufrirán una enfermedad que le pondrá los ojos azules y se volverán agresivos, matando a todos los humanos que encuentren. Vacanudo y todo, pero ¿qué logran matando a los humanos si no tienen naves espaciales para recolectar cerebros? No lo sé, pero hay una doctora llamada Mal (Rhona Mitra) que lidia con enfermos humanos y extraterrestres, y que siempre está de mal humor así que a los extraterrestres no les conviene ponerse guapos.
El equipo en cuestión está formado por Zhi (Cha-Lee Yoon), el pana de las comunicaciones y que descifró cómo viajar por agujeros de gusano con tecnología extraterrestres, su novia Alexi (Ieva Andrejevaite) que usa cuchillos, el coronel Owens (Daniel Bernhardt) que tiene cara de rabioso, Leon (Jonathan Howard), que es el pana que localizó a Rose al principio de la película, Trent porque sí, y Rose, que es el arma secreta para poder conseguir el macguffin, ya que aparentemente unos extraterrestres como Trent y Violet (Rokas Spanlinskas) no son suficientes para manejar artefactos extraterrestres. Esto no tiene sentido, pero ni modo.
Mientras que en las entregas anteriores uno se retuerce de lo mala que son, y hasta se ríe de las muertes de los personajes, en Skylines el tema es un poco más serio, hay más dinero, y aunque parezca una película cualquiera, lo sigue siendo pero con un toque de cosas bien hecha. ¿Es posible que sea una película buena? ¿Es posible que esta sea la mejor de las tres? ¿Es posible que no sea un tremendo disparate? Debo decir que eso es lo que aparentaba, hasta que se vuelve la diarrea después de haber comido mucho picante.
La película se divide entre los humanos que se van al planeta Cobalt y los que están en Londres. En Cobalt supuestamente la gravedad es mayor, a pesar de parecer ser un planeta mucho más pequeño y menos masivo que la Tierra, y como que no hay ninguna diferencia en la gravedad porque se llevan un montón de vainas pesadas. En Londrés están la Dra. Mal, Kate (Naomi Tankel), y Huana (Yayan Ruhian) enfrentándose con cuantos extraterrestres de ojos azules vengan. Y con todos los clichés que acompañan la trama y las muecas que uno tiene que hacer viendo esta película, el Gral. Radford es el peor personaje. No hace nada útil, no dice nada útil, y para sorpresa de nadie, es el villano.
Para concluir, Skylines o Skylin3s es debatiblemente la película que mejor escenas de acción tiene de la trilogía mientras que tiene la mayor cantidad de clichés posibles. Si ya has perdido parte de tu vida con Skyline y Beyond Skyline, pues quizás te interese seguir perdiendo aún más de tu vida con Skylines.