The Trial of the Chicago 7 (2020)
El juicio de los 7 de Chicago
¿Es esta película una comedia o una parodia de la vida real? No lo sé, pero si viene de Aaron Sorkin, lo pongo todo en duda, pues su fuerte es la argumentación, no apegarse a la realidad. Por ejemplo, Steve Jobs (2015) no se puede llamar un documental ni biopic. The Trial of the Chicago 7 se basa en un juicio en el que acusaron a varios hombres de conspiración e iniciar disturbios en agosto del 1968.
Uno se hace una idea de que la película de alguna manera quiere reflejar la protesta de Chicago en 1968 y mostrar un paralelo con las protestas del 2020 en los EE.UU., así como Da 5 Bloods (2020) quiere llamar la atención al tema. Sin embargo, en algún momento Steven Spielberg estaba supuesto a trabajar en esta película y hasta había un plan para discutir un rol con el difunto Heath Ledger. Así que no sé qué tanta inspiración habrán obtenido del 2020 o si el parecido a la actualidad es pura coincidencia. Lo que sí sé es que se basa en algo, y tenemos los poderes de Aaron Sorkin.
La película empieza diciéndonos que hay motivos para protestar, como la guerra de Vietnam. Unos jóvenes estaban planeando protestar en un parque frente al hotel donde se llevaría a cabo la Convención Nacional Demócrata de 1968 porque no querían que eligieran a Hubert Humphrey, quien apoyaba la guerra, como candidato a la presidencia. Los Republicanos ya habían elegido a Richard Nixon, quien también apoyaba la guerra. ¿Y quién se volvió presidente en 1969? No sé por qué sólo le protestan a uno de los dos partidos políticos, pero parece que es algo histórico. El contenido de dichas protestas nos lo darán con un gotero mientras los acusados hablan con tal de hacer énfasis o ilustrar ciertos momentos específicos. Así que si no has visto de nada relacionado al tema, terminarás más como yo, más ignorante que antes.
El Procurador General John Mitchel (John Doman) le encarga a Thomas Foran (J.C. MacKenzie) y a Richard Schultz (Joseph Gordon-Levitt) que sean los fiscales de acusar de conspiración a los cabecillas de las protestas de Chicago. ¿Por qué un presidente republicano intentaría condenar a los protestantes que se oponían a la nominación del candidato del partido de oposición? No lo sé, pero es lo que es. Desde un principio le ponen nombres a los personajes, pero yo tengo dificultad aprendiéndomelos cuando los personajes están como por 30 segundos en total antes de empezar el juicio. Me los aprendo cuando a lo largo de la película los mencionan varias veces.
Los imputados son Tom Hayden (Eddie Redmayne) y Rennie Davis (Alex Sharp) de SDS; Jerry Rubin (Jeremy Strong) y Abbie Hoffman (Sacha Baron Cohen) de los Yippies; el pacifista David Dellinger (John Carroll Lynch); Lee Weiner (Noah Robbins) y John Froines (Danny Flaherty) de algún lado que no sé ni para qué están presentes; y Bobby Seale (Yahya Abdul-Mateen II), presidente de las Panteras Negras. Si contamos, hay 8 imputados, y es porque Bobby Seale no tiene ninguna razón para ser juzgado, simplemente lo cogieron de relajo.
Los abogados de la defensa son William Kunstler (Mark Rylance) y Leonard Weinglass (Ben Shenkman), pero ninguno de éstos representa a Bobby Seale, quien es tratado como alguien que no tiene derecho a representación legal. El juez Hoffman (Frank Langella) es otro relajo, y es difícil de creer que un juez sea tan prejuiciado e inepto. Entonces la combinación de los Yippies, el juez, y lo que hacen con Bobby Seale me inclinan a pensar de que se trata de una comedia. O quizás un toque cómico a un tema muy serio.
El juicio se toma casi 5 meses en alcanzar un veredicto, y lo que hacen es resaltar ciertos momentos medalaganariamente importantes con la finalidad de no aburrir a los televidentes. Quizás debió haber sido una película más larga. Entonces de los ocho imputados, apenas recuerdo a seis, y de los dos abogados de la defensa, a uno. Luego están el juez, Fred Hampton (Kelvin Harrison Jr.) de las Panteras Negras, y el ex Procurador General Ramsey Clark (Michael Keaton) quien aparece como por 2 minutos. Ese es el límite de mi atención, y por lo que vi, hacen un gran trabajo. El inconveniente es que es mucha información, y no creo que sea el mejor resumen de los acontecimientos. En general tienen un final feliz, o algo así porque los más locos son los menos afortunados.
Para concluir, The Trial of the Chicago 7 es una película entretenida que no hay que tomar muy en serio cuando se trata de representar un juicio de 1969. Esta es una de esas películas que te hacen sentir bien por la forma en que terminan, aún si sea algo cursi en su entrega. No me estoy quejando.