Nadie sabe que estoy aquí (2020)

No sé con qué título referirme a la película, pues por un lado es una película chilena por lo que Nadie sabe que estoy aquí es un título apto, pero el título en inglés Nobody Knows I’m Here también es apto porque dentro de la misma película existe una canción con ese mismo título. Entonces elegir uno u otro realmente no tiene importancia, ambos son válidos, pero el título en inglés además de hacer referencia a la situación del protagonista, también es el título de una canción.

Guillermo a quien todos llaman Memo (Jorge Garcia) es un tipo de pocas palabras que vive con su tío Braulio (Luis Gnecco) en una granjita de ovejas en una islita en Chile. Su principal pasatiempo consiste en meterse en casas ajenas y hacer uso de las comodidades que no tiene en la casita de su tío. Uno pensará que de ahí viene el título porque “nadie sabe que estoy aquí en casa ajena”. Sin embargo, algo ha pasado en la historia de Memo para que los mismos habitantes de Llanquihue, Chile tampoco sepan de éste, que “nadie sabe que estoy aquí viviendo con mi tío Braulio”. Y mientras la historia se va desarrollando, vamos explorando un poco de este pasado.

El desarrollo de la película es lento para el disgusto de algunos. Al mismo tiempo creo que al director le picó la chispa creativa y se puso de artístico en ciertas tomas y mientras que no entenderé su propósito, hay ciertos cuadros que tengo que decir que se ven bonitos. Otro de los pasatiempos de Memo es llevarle la vida al cantante Ángelo Casas (Gastón Pauls), a quien le lleva un rencor que no tiene madre. Y de nuevo, parte del historia, pero resumida porque no sabemos realmente a lo que realmente se dedica este Ángelo Casass, pero es rico y famoso, y Memo vive a escondidas del mundo.

Mientras que nos hacemos una idea de las aspiraciones musicales de Memo porque se imagina la apreciación del público en un escenario, la historia empieza a tomar forma cuando la flaca Marta (Millaray Lobos) les lleva las pieles de oveja que su tío ha estado trabajando. No sé qué es lo que hacen con las pieles de oveja, pero en eso consiste el negocio. Ahora, Marta no sabía que Braulio viviera con un introvertido al que llama Memo, por lo que la curiosidad la lleva a aparecerse varias veces más en la islita. La primera vez la lancha en la que llegaba hacía ruido, luego se olvidaron de eso. Quizás hay un futuro aquí para un programa de televisión al que pueden llamar El gordo y la flaca.

La historia de lo que ha pasado con Memo cuando era un carajito a la actualidad ha transcurrido durante 25 años, y lo único que sabremos es el origen y el final, porque lo que está en el medio queda a la imaginación de cada quién. Todo esto se resume en el egoísmo de todos los involucrados que de ninguna manera piensan que Memo es un humano cuya vida fue afectada por las decisiones de hace 25 años, y los involucrados quieren el tipo de clausura que les permitirá mantener su estado actual en la sociedad. Sin embargo, el tío Braulio y la flaca Marta quizás sean las únicas personas que se preocupan por Memo.

Para concluir, me hubiese gustado que Nadie sabe que estoy aquí ofreciera un poquito más, como más canciones, más carne y menos tayota al origen de la historia, y el final “es lo que es” y puedes interpretar lo que quieras porque, después de todo, si los poderosos se salieron una vez con la suya, los medios quizás quieran ayudarlos o quizás no.  Esto me recuerda que algunas veces quisiera ser la cuchara pequeña.