Richard Jewell (2019)

Lo menos que puedo decir de Richard Jewell, la película, es que no es aburrida, y lo menos que puedo decir de Richard Jewell, el hombre en cuya historia está basada la película, es que es un personaje extraño cuyo único crimen es comportarse como la mente maestra de un atentado terrorista. Curiosamente, también puedo ver las observaciones que indica Malcolm Gladwell en su libro Talking to Strangers, que no tiene nada que ver con Richard Jewell, sino con la forma ineficiente que tenemos los humanos de (des)confiar en los demás.

Richard Jewell (Paul Walter Hauser) es un conserje que quiere algo más, siempre y cuando ese “algo más” tenga que ver con una posición de autoridad, sea policía o guachimán. Richard es un hombre simple cuyo principal problema es saber demasiado y no saber cuándo quedarse callado. Y es por esto que se hace amigo del primer abogado con el que lo vemos en la película, Watson Bryant (Sam Rockwell). Esta camaradería entre ambos es lo que mantendrá la película a flote, ya que no podremos contar con Olivia Wilde y Jon Hamm para hacerlo, pero me estoy adelantando.

Un día cualquiera en la historia de Richard Jewell y después de haber cambiado de trabajo en al menos un par de ocasiones, y mientras desempeña la función de guardia de seguridad para el Centennial Olympic Park, descubre una mochila verde abandonada. A estas alturas podemos entender que Richard Jewell hace todo por el librito y siempre está al asecho de algo que esté fuera de lugar, por lo que al ver la mochila y no encontrar dueño, lo primero que hace es reportarlo. El resto es historia.

El agente del FBI Tom Shaw (Jon Hamm), está a cargo del caso, y como no tiene a ningún sospechoso, el único que entra en la lista es el gordito simpático que encontró la mochila verde porque su comportamiento y lo que sale de su boca lo hacen ver como si supiera exactamente de cómo funciona la bomba. Ahora, yo no sé cuán verídico haya sido la forma en que el FBI intentó hacer que Richard se vea como el culpable del atentado, pero creo que Clint Eastwood tomó algo de la vida de Martin Luther King Jr.

Mientras el FBI está investigando a Jewell por un lado, la reportera Kathy Scruggs (Olivia Wilde) está escribiendo una historia sobre cómo Richard Jewell es el principal sospechoso del atentado sin tomar en cuenta las repercusiones de estas revelaciones. Kathy Scruggs es una especie de caricatura de una reportera que está más interesada en vender periódicos que en verificar la historia. Y así es como Richard Jewell pasa de héroe a sospechoso, tanto por descuido de las autoridades, como por la sed saber todo lo relacionado al atentado aunque no sean datos verificados.

Como dije anteriormente, lo que mantiene la película a flote es la camaradería entre Watson Bryant y Richard Jewell. Mientras que Jewell intenta en buena fe hacer todo lo posible para ayudar con la investigación, Bryant tiene que interponerse para que Jewell no siga cavando su tumba. Basándome en los clips del verdadero Richard Jewell, Paul Walter Hauser tiene un parecido inquietante y creo que la película es mejor por ello.

Sin entrar en más detalles, creo que Richard Jewell es de esas películas de Clint Eastwood que sí vale la pena ver, es un poco lenta, casi no pasa de nada, se la pasan hablando, y es suficientemente interesante para mantenerme atento por 2 horas.