Game Over, Man! (2018)

A los 10 minutos de Game Over, Man! decides dejar de verla porque el “humor” es demasiado craso, pero eso es antes de saber lo sangrienta y violenta que se vuelve. Sorprendentemente, he encontrado una película tan grosera que no me causa gracia. Quizás sea un indicio de que estoy madurando o de que se trata de una basura de película; todavía no lo sé.
La película empieza con tres empleados de limpieza de un hotel mientras están en el trabajo, lo cual es extraño tener a tantos empleados juntos para una sola habitación porque no es eficiente. Alexxx (Adam Devine) es el impulsivo y ridículo, Darren (Anders Holm) es el drogadicto calmado, y Baby Dunc (Blake Anderson) es el gay en el clóset. Ninguno de estos tres personajes me agrada porque Alexxx se la pasa gritando cosas estúpidas, Darren se la pasa fumando cosas estúpidas, y Baby Dunc no entiende las referencias de la que hablan sus dos amigos porque evidentemente ser gay significa ser ignorante. Si van a hacer una comedia, pues deben darnos a un personaje que nos caiga bien, no necesitamos identificarnos con éste, pero debe ser alguien que nos ayude a tolerar el resto de la película.
Según el jefe, Mitch (Daniel Stern), un artista famoso va a estar en la azotea y necesita que los tres chiflados trabajen de meseros esa noche, y que los Cassie Tums (Aya Cash) a cambio de un aumento. El famoso en cuestión es un tal Bae Awadi (Utkarsh Ambudkar), quien tiene mucho dinero, hace estupideces, malgasta el dinero, y es otro personaje que no me agrada. Su dinero y su fama atrae la atención del terrorista Conrad (Neal McDonough) y su guardaespaldas Irma (Rhona Mitra), una mujer que siempre está de mal humor. Los terroristas se apoderan del hotel a cambio del dinero de Awadi, y los tres chiflados son los únicos que pueden detener estos planes.
La película es estúpida, pero no en el sentido de “inteligentemente estúpida”, sólo en el sentido de que es estúpida. Los tres chiflados quieren hacerse ricos vendiendo un videojuego de leñador en una consola de su autoría llamada “Skintendo”, y si hubieran logrado conseguir el patrocinio de Bae Awadi, pues no estarían en el medio de la situación que se arma en el hotel. También hay cameos de otros actores de otras series, pero que no veo la razón para hacerlo. Los tres chiflados salvarán el día combinando malas ideas, buenas ideas, accidentes, y estupideces.
Hay ciertos momentos que me encontré graciosos, pero que en general sentí que perdí mi tiempo viendo esta vaina. Por ejemplo, uno de los terroristas es Donald (Sam Richardson) que lo primero que dice tiene que ver con la Die Hard, y el chiste está bueno, pero luego saca un sándwich de un maletín, y el chiste es estúpido. Y así es como va la película, tirando toda una variedad de intentos de humor con la finalidad de que alguno logre su objetivo.
Para concluir, Game Over, Man! es humor grosero que tiene su nicho, pero en este no me incluyo, así que lo mejor es nunca volverla a mencionar. Lamentablemente, hay que ver la película entera para poder entender los créditos del final, que definitivamente son lo mejor de la comedia esta.
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