“Recuerda, recuerda, el 5 de Noviembre…” es la forma en que empieza V for Vendetta, la adaptación a filme de la novela gráfica de Alan Moore y David Lloyd, y nos recuerda que en 1605 un loco llamado Guy Fawkes intentó destruir las Casas del Parlamento. Lo importante aquí son los símbolos y las ideas que unifican a las masas para iniciar una revolución. V for Vendetta es una de mis películas favoritas; he leído la novela gráfica del 1982, y las diferencias que hay entre ambas es como visitar diferentes continentes.

En un futuro distópico (sí, otro más), Inglaterra está siendo gobernada por un dictador llamado Adam Sutler (John Hurt), y su forma de hacerlo es empleando las ideas orwellianas de la novela 1984 con pequeñas modificaciones. No sé si habrán elegido a Adam Sutler como un chiste irónico para interpretar en V for Vendetta al equivalente del Gran Hermano, ya que él fue Winston Smith en Nineteen Eighty-Four (1984), pero ya es muy tarde para estar hablando de observaciones sin sentido. La novela gráfica nos dice que su régimen está compuesto por diferentes partes del cuerpo, siendo La Cabeza el cargo de Adam Sutler, La Oreja y El Ojo los encargados de la total vigilancia de todos los ciudadanos, La Voz controla a las masas, y La Mano (y sus dedos) se encarga de imponer el orden.

Un vodevil veterano, presumido vicariamente como villano y víctima por las vicisitudes del destino.

Como todo esto suena terriblemente mal, tiene que haber alguien, un superhéroe quizás, que nos muestre cuán errados estamos al permitir que este dictador y sus secuaces haya alcanzado el poder. El miedo hizo que la población apoyara las medidas extremas del partido ultraconservador de Adam Sutler, y el miedo hace que los ciudadanos de Inglaterra no hagan nada al respecto porque es un riesgo muy grande. Aquí es que entra V (Hugo Weaving), un hombre misterioso que siempre viste de negro y usa una máscara de Guy Fawkes, para recordarnos que no debemos temerle a ningún gobierno opresor. Bueno, eso y que también tiene una venganza que llevar a cabo.

Sobre el misterioso V sólo sabremos lo suficiente para entender sus motivos para vengarse del gobierno actual, pero lo más importante son los ideales que encarna, que los ciudadanos de Inglaterra deberán construir un nuevo mundo libre, como lo era antes de que Sutler avanzara al poder. Para lograr su objetivo, primero destruye el edificio Old Bailey, y notifica a todo el país que dentro de un año destruirá las Casas del Parlamento. No veremos todo a través de nuestro antihéroe, sino que para eso tendremos la participación de Evey Hammond (Natalie Portman), una empleada desamparada de la cadena de televisión nacional, y al inspector Finch (Stephen Rea), encargado de las investigaciones para desenmascarar al terrorista conocido como V.

Todos los eventos están conectados.

V es el pegamento que une la historia, no sólo se trata de él (hay personajes que sólo existen para morir), sino también de los ciudadanos, la gente que como Evey Hammond y Finch que han perdido a alguien por culpa del complot del gobierno, aquellos que han sido oprimidos por no seguir la misma religión, los homosexuales, y todos los que no se adhieran a la ideología ultraconservadora del Alto Canciller Sutler. Estos temas opresión a la libertad se pueden aplicar a cualquier país del mundo en su historia o en el presente. Por eso me gusta, y puedo hablar durante horas de esto.

Hooolaaa enfermeraaaa.

Conclusión

La película V for Vendetta es un animal muy diferente a la novela gráfica en la que se basa, pero aún así me encanta el resultado final. Quizás por eso es que recuerdo casi todas las líneas de Hugo Weaving.

Fuego y agua, las dos formas de volver a este mundo.