The Lengend of Hercules (2014)

¿Por qué llamar a esta película “La leyenda de Hércules” cuando lo único legendario que hacen es desmitificar al gran héroe griego? La verdad es que no tengo la menor idea de qué perseguían los guionistas con esta reforma del gran mito; no tiene buena trama, trataron de ser originales y la defecaron por completo, como adaptación no es más que un insulto al panteón olímpico.

La historia comienza con prometedoras escenas de un feroz rey Anfitrión (Scott Adkins) conquistando la ciudad de Argos con todo su ejército. Anfitrión ha ganado bastante terreno y tiene un reino muy amplio junto a su esposa Alcmena (Roxanne McKee), la cual no es feliz al lado de Anfitrión, aborreciendo además su insaciable sed de poder. Desconsolada Alcmena busca consuelo en el templo de la diosa Hera, donde la pitonisa del templo aparece clamando ser vehículo de la diosa. Alcmena le cuenta a Hera sus penurias y ésta le responde que la única manera de acabar con Anfitrión y salvar a su pueblo es si ella está dispuesta a engendrar al hijo de Zeus, al cual deberá llamar Hércules. Alcmena acepta la propuesta de Hera, y esa noche en el campamento militar de Anfitrión, una fuerza invisible (como un espíritu) desciende sobre ella y la posee; Anfitrión llega justo en ese momento pero por más que busca no encuentra al amante de su esposa.

Veinte (20) años después se ve al joven Hércules/Alcides (Kellan Lutz) cabalgando junto a su amada Hebe (Gaia Weiss), princesa de Creta, pero para desgracia de ambos, Hebe es prometida como símbolo de paz entre ambas naciones, con Ipicles (Liam Garrigam) hermano mayor de Hércules y heredero al trono. Hebe y Hércules/Alcides intentan escapar, lo que hace enojar a Anfitrión, que en el fondo sabe que no es su hijo y por ello le aborrece; Anfitrión aprovecha esta oportunidad para deshacerse de él y le envía en una misión suicida a Egipto de la cual Hércules podría no regresar.

Como he citado al principio de la trama, la película comienza con escenas muy prometedoras, al estilo de 300, pero luego de siete minutos, les prometo que no pasa absolutamente nada interesante. Si esperan ver dioses se pueden ver la versión infantil de Disney, Hércules (1997), porque aquí los olímpicos no son dignos de presencia. ¿Pero cómo se les ocurre que van a poner seres mitológicos/imaginarios en una historia acerca de un ser mitológico/imaginario? ¿Los doce trabajos? Conformémonos con el león de Nemea más falso de la historia. Seamos más serios. Sarcasmo.
Ninguna actuación es memorable, si me pidieran sacar una definitivamente sería la de Scott Adkins como el rey Anfitrión siempre erguido y orgulloso, aparte de eso, no puedo expresar cuan insípidas, planas y genéricas son las demás interpretaciones. Kellan Lutz tiene como mejor atributo sus músculos y su mirada (en hora buena, chicas), y en el plano femenino, los personajes de Hebe (no entiendo porque no es Megara) y Alcmena, son simplemente insufribles; quejicas lacrimógenas en acción.

Lo único bueno que puedo resaltar de esta película es que por lo menos tuvieron la decencia de cuidar detalles en cuanto a vestuario y a las edificaciones. Tal vez el obviar a los dioses, evitando su aparición física, no era tan importante, pero el argumento es simplemente pésimo, débil; las razones de Alcmena para odiar a Anfitrión simplemente carecen de peso, los motivos de Anfitrión y su hijo para ser “los malos” son simplemente ridículos. No se culpen a ustedes mismos si de repente creen que están viendo la serie Spartacus  o si a veces creen que les están contando la historia del mesías (con latigazos y todo). Si deciden ver esta predecible y simplona blasfemia hacia el gran mito de Hércules y su familia olímpica, buena suerte.