The Kings of Summer está supuesta a ser una comedia acerca de tres jóvenes  que deciden vivir en el bosque alejados de sus padres. ¿Me pareció graciosa? Pues salvo un par de ocasiones, la respuesta es negativa. Tampoco me pareció muy dramática. Quizás por diferencias culturales, The Kings of Summer, me pareció otra película más de adolescentes con problemas familiares, y que algunos podrían identificarse y revivir el pasado en ciertas escenas. No me gustó pero tampoco la odio.

Dicho lo anterior, no entendí bien el título de “The Kings of Summer” (o Los reyes del verano), porque no me pareció que fueran reyes de absolutamente nada. Probablemente debió haberse llamado “Los reyes del bosque” o “Malcriados con padres que los vuelven locos”, pero ninguno de estos suena ni remotamente tan carismático. El caso es que tres jóvenes abandonan sus hogares para irse a vivir al bosque, sin padres, ni reglas, ni dinero, ni comida, ni electricidad. Se supone que esto los haría hombres, y antes de que alguien critique esta idea, les recuerdo a mis queridos lectores que ustedes también fueron adolescentes y tenían o conocían a alguien que tenía ideas descabelladas (independientemente de las diferencias culturales entre ustedes y los chamacos de la película).

El perdedor principal.

La película empieza con un tal Joe (Nick Robinson), que no tiene las habilidades necesarias para construir una casita de pajaritos. Joe tiene sueños diurnos cuando su imaginación y la realidad en la que vive no saben cómo torturarlo. Su padre es Ron Swanson Frank (Nick Offerman), quien es el padre soltero (viudo) que no sabe cómo manejar muy bien las malcriadezas de su hijo. Por supuesto, la relación padre-hijo está defectuosa porque de lo contrario no habría película. La frase que describe bien a este duo proviene de la hermana de Joe, Heather (Allison Brie), y parafraseando dice que “un bastardo es alguien que hace miserable a todo el que le rodea sólo porque él es miserable”. Así ya sabemos que “de tal palo, tal astilla”.

El perdedor secundario.

El mejor amigo de Joe es Patrick (Gabriel Basso), quien tiene un pie malo y todas las razones del mundo para abandonar su casa. Me sorprende que todavía esté cuerdo, pues con los padres que tiene es un viaje seguro al manicomio. En fin, el caso es que de alguna manera decide que está mejor viviendo en el bosque con su amigo que con sus padres, por lo que acompañará a Joe en esta aventura. Quizás sea el único normal del grupo.

Un extraterrestre.

Finalmente, el tercio lo completa un tal Biaggio (Moises Arias), quien es un chamaco muy (muy muy) raro y que no parece importarle a nadie su ausencia. Al menos los padres de Joe y Patrick hacían un esfuerzo en buscarlos, pero en el caso de Biaggio, parece como si sus padres estuvieran acostumbrados a sus desapariciones. Sin embargo, me pareció que este es el personaje más interesante que tiene el filme, y la razón por la cual vale la pena verlo. Cómo es que terminó junto a Joe y Patrick es algo que no tengo forma de explicar, pero no creo que valga la pena entrar en esos detalles. Lo importante es que está en la película y su actuación es de lo más entretenido.

La película resumida en una sola imagen.

The Kings of Summer es prácticamente un resumen a lo que pasaría si una de esas ideas descabelladas de los adolescentes se concretara. Todos hemos estado ahí, algunos con ideas fantásticas, y otros con ideas extremadamente estúpidas. Quizás la diferencias con la cultura gringa hagan que no aprecie adecuadamente cuán descabellado es el plan de estos tres jóvenes de mudarse al bosque sin los medios para sobrevivir. Yo sé que si estuviera en su lugar, al final de la película estaría pensando “oh, qué bueno es tener electricidad, comida caliente, y padres que me cuiden”. De hecho, actualmente si tuviera cualquiera de esas 3 cosas estaría más que feliz.

Conclusión

No me gustó The Kings of Summer, pero no es una película que odio. Mientras que el filme nos muestra una comedia de las aventuras de tres muchachos en el bosque, no es algo que le haya encontrado gracia o que me haya idenficiado con el tema. Lo que considero bueno del filme son la cinematografía, la música, la actuación de Moises Arias, y el libreto que, a pesar de tratarse de una idea descabellada, logra evocar el comportamiento adolescente de sus protagonistas.

Como si millones de voces gritaran de terror y luego… fueran silenciadas.