The Last Exorcism Part II (2013)

Nos llega la segunda entrega de la película de terror The Last Exorcism (2010); aparentemente el demonio que exorcizaron en la primera parte poseyó a los guionistas de esta segunda para que resultase en esta historia sosa y sin sentido. Cuando veo películas como esta no me canso de repetirlo: véanse dos capítulos de Supernatural  y les sabrá igual o mejor.

La película retoma los últimos momentos de su predecesora, apareciendo la protagonista Nell Sweetzer (Ashley Bell) irreconocible y totalmente desorientada en casa de una pareja en el sur de Louisiana. Nell es llevada de inmediato a un hospital para ser atendida, pero es tal su aturdimiento que no recuerda nada de lo ocurrido en los últimos días. Además parece ser la única sobreviviente de la siniestra ceremonia llevada a cabo en la primera parte, donde ella misma alumbró al demonio Abalam. Nell es llevada a una casa para chicas con problemas donde se le ayuda a reintegrarse poco a poco a la sociedad. Ahora la vida parece sonreírle a Nell, pero pronto se da cuenta que Abalam en verdad nunca la dejó, y que no está dispuesto a renunciar a ella tan fácilmente. Nell poco a poco va siendo víctima de fenómenos oscuros a su alrededor.

Esta vez la película no es a modo de pseudo-documental como la primera entrega, lo cual fue un poco inesperado. Al ser a modo de grabación tradicional crea más expectativas, pues da la oportunidad de añadir nuevos elementos y aclarar detalles de su predecesora, pero el cambio de formato áolo ha logrado atascar la película arruinando lo logrado en la anterior.

Se supone que es una continuación, pero aparte de Nell (Ashley Bell) y sus flashback de lo sucedido, la película pierde el hilo con la primera; la película se llama The Last Exorcism (El ultimo exorcismo) porque trataba del último exorcismo realizado por el reverendo Cotton (¿recuerdan?), el cual al verse cara a cara con el demonio Abalam  pone punto final a su escepticismo. Pero en esta entrega no hay rastros del reverendo ni nada parecido, ni siquiera de aquella secta que adoraba al mencionado demonio y de la que esperábamos se diesen más detalles. Sin embargo, amputan de la trama el fanatismo cristiano e ignorante  que dió forma a la primera sustituyéndolo por un montón de artilugios vudú estereotipados más unos cuantos  jumpscare. Lo que sí es constante son esas horribles batas de dormir, que sospecho son la razón de la posesión, porque francamente…

Este cambio no hubiese afectado el curso de la película si se hubiese mantenido un poco más de fidelidad a la historia original y hacia aquellas incógnitas entre lo lógico y lo paranormal, lo que me hace pensar que los productores y guionistas fraguaron esta segunda parte sin tomar en cuenta a los que sí vieron la primera. La única salvación de esta película es nuevamente el personaje de Nell (Ashley Bell), con una convincente actuación de chica asustadiza y traumatizada, un poco tonta a veces, pero dispuesta a luchar por recuperar su vida.  ¿Alguien me podría explicar que hacía el padre de Nell esta vez?

En conclusión, esta película tiene dos problemas: 1) si no vieron la primera parte, a pesar de los cambios en esta, no van a entender absolutamente nada (por ejemplo, detalles como las botas rojas, las imágenes al principio, el vídeo), pero 2) si vieron la primera parte, quedarán terriblemente decepcionados esperando explicaciones y personajes que simplemente no aparecen y preguntándose si en verdad esta película es una bendita secuela.