The Last Exorcism (2010)

Dentro del género de terror se han popularizado las películas a modo de documental falso, desde la vertiginosa “The Blair witch project” hasta la madre de los jumpscare “Paranormal activity.” Siguiendo esta línea nos presentan “The Last Exorcism,” un thriller con una línea muy delgada entre lo que podría ser paranormal o simplemente psicológico.

El reverendo Cotton Marcus (Patrick Fabian) lleva toda su vida en Louisiana guiando a su devota iglesia tal y como lo enseñó su padre desde la niñez. Cotton invita a un equipo de rodaje a que le sigan para documentar sus últimos días como exorcista, es así como elige el caso de una posible posesión demoniaca en una granja de la Louisiana rural propiedad de Louis Sweetzer. Cotton en realidad es un hombre falto de fe que simplemente busca sacar beneficio monetario de los desesperados que le contactan. En la granja Sweetzer, él espera realizar otro de sus falsos exorcismos, donde el propietario está convencido de que su hija adolescente, Nell (Ashley Bell), está poseída por un demonio.

Acostumbrado a salirse con la suya, Cotton ve que las cosas se le complican en la granja Sweetzer, y esta vez no podrá simplemente sacar dinero como venía haciendo de los creyentes desesperados; esta vez el mal en  verdad reside en aquel lugar. Incapaz de abandonar a Nell, el reverendo Marcus pondrá a prueba su verdadera fe y junto al equipo de rodaje, tendrán que encontrar una forma de salvar a Nell, y a sí mismos, antes de que sea demasiado tarde.

Al principio de la película, cuando nos introducen a Cotton Marcus, un pastor no sólo con falta de fe, sino con falta de escrúpulos, tal vez se cuestione el si la trama es acerca de terror o no; por un momento es como si a través del pseudo-documental  intentaran presentar las actividades de exorcismo como una vulgar artimaña, propia de los más grandes y experimentados timadores como Cotton.

Desde sus inicios, la evidente lentitud con la que se desarrolla la historia, los diálogos cansones y las escenas de relleno a modo de entrevistas parecen alejarnos más y más de icónicas escenas como aquellas del “El Exorcista” (1973), y es aquí donde surge una recomendación para los que le dan una oportunidad a este film; paciencia, la misma que le tuvimos a las películas/pseudo-documentales ya mencionados, en las cuales la verdadera esencia está casi al final.

No se dejen engañar por la aparente falta de organización que pueden destilar las películas en este formato; The Last Exorcism tiene un argumento, tiene un guión, y tiene buenas actuaciones. Una de esas actuaciones bien llevadas es la de Nell (Ashley Bell), no sabes si está poseída o loca como una cabra montañesa; sus ojos expresan que simplemente algo anda mal, y este es el objetivo de la trama y sus personajes, preguntarte si el asunto es paranormal o si todo es producto de la ignorancia e imaginación de una pobre chica trastornada.

El personaje de Cotton Marcus (Patrick Fabian), como hombre de fe estafador despierta empatia; su naturalidad al interpretar a un hombre cansado de guiar a un rebaño con fe ciega, rodeado de incesante ignorancia hacia lo desconocido, le transfieren al espectador su escepticismo hacia las posesiones endemoniadas y con las cuales él simplemente busca lucrar, algo que no es totalmente ajeno a lo que pasa en la vida real.

La película no está mal, un poco lenta como he dicho para ser una película de terror, pero para los fans de este género creo que el vaivén entre lo paranormal y lo psicótico recompensa. Si están acostumbrados a este tipo de filmes, notarán que tal vez tomaron cosas  prestadas de “El Exorcismo de Emily Rose;” la chica de la granja, de familia embriagada en fanatismo religioso, esas horribles batas de dormir, y el contorsionismo caricaturesco de la protagonista, simplemente podría decir que Nell es la hermana menor de Emily Rose. The Last Exorcism es buena como película de suspenso, pero se queda corta con el terror, con una duración de 82 minutos de los cuales apenas diez son escenas de la supuesta posesión demoniaca.