Metal Lords (2022)

La película se llama Metal Lords, pero no hay ningún lord, y simplemente no pueden llamarla “Skullfucker” a pesar de tener una clasificación “R”.  Metal Lords se trata tanto de Metal como de unos carajitos adolescentes encontrar su propia identidad. Tengo que hacer énfasis en el hecho de que cuando escribo Metal, en contradicción con las reglas de la lengua española, el acento está en la “e”, así que lo pronuncio “métal” por cuestiones que tienen que ver con la lengua inglesa y el género de música.

La historia es narrada por Kevin (Jaeden Martell), un carajo que no tiene las mejores habilidades sociales. Su mejor amigo es Hunter (Adrian Greensmith), quien se ha arropado tanto en la cultura metálica que parece un payaso, pero nadie se lo dice, y su actitud es que todo le jiede por alguna razón. Ambos están en una banda de Metal llamada Skullfucker, y no hay más nadie por lo que están buscando a un bajista. El único inconveniente es que tiene que agradarle a Hunter y la opinión de Kevin realmente no importa.

Sin embargo, Kevin nota que la clarinetista de la banda de la escuela, Emily (Isis Hainsworth), tiene ciertos problemas, y quizás es lo que Kevin entiende que es Metal. Y este último punto es importante porque se trata de Kevin entender lo que Hunter ha estado predicando durante años, es parte de su identidad como baterista de Skullfucker. Hunter, en cambio, tiene que entender que sólo porque le jiede la vida, no tiene que comportarse como un azaroso. Finalmente está Emily quien tiene que aceptar su neurodivergencia libre de los medicamentos que el terapéuta le recomienda porque ha encontrado a alguien que la acepta tal cual.

La película se toma su tiempo desarrollando a los personajes, por lo que se siente lenta a pesar de tener una duración de poco más de hora y media. Una de las cosas que Hunter quiere hacer es competir en la Batalla de las Bandas, donde, según él, se convertirán en dioses del Metal, y los demás carajitos recordarán que fueron a la escuela con ellos una vez sean famosos. Por supuesto, no todo es viento en popa porque de lo contrario no habría película.

Ahora, ¿qué sería una Batalla de las Bandas sin una canción original? Pues un montón de carajitos imitando a sus artistas favoritos, por supuesto. Sin embargo, ese no es el caso de Hunter, quien ha compuesto una canción llamada “Machinery of Torment” y tienes que esperar hasta el final para poder escucharla. Y sí, voy a decir que vale la pena la espera, para algo es que han estado practicando.

Para concluir, Metal Lords no es mala película, pero realmente no tenía ganas de continuar viéndola porque el personaje de Hunter hace que no sea entretenida, hasta que entendí que éste también está buscando su identidad en todo esto.