Asphalt Burning (2020)
Børning 3
Lo primero que noté al poner Asphalt Burning es que aparecen las letras Børning 3, como si se tratara de la segunda secuela a una película originalmente titulada Børning. Ahora, como yo no sé de esto, encontré que la primera Børning es del 2014 y la segunda del 2016. Y esa información no me sirve de nada pues Netflix solamente tiene la tercera película. Así que en esto es que estoy perdiendo mi tiempo, viendo una Rápido y Furioso en descuento.
La película empieza en algún lugar de Noruega, posiblemente en Oslo porque es la única ciudad que mencionan, el día antes de la boda del protagonista Roy (Anders Baasmo Christiansen), quien se casará con Sylvia (Kathrine Thorborg Johansen), y ambos padres de la pequeña Shelby. Roy tiene otra hija, Nina (Ida Husøy), pero no sé si también es hija de Sylvia, así que asumo que es algo que explicaron en las películas anteriores. El caso es que por alguna razón todos los invitados son pilotos de carreras automovilísticas (¿ilegales?) y como la vida es un relajo están bebiendo como si se tratara del fin del mundo. Nadie tendrá que irse manejando a su casa, ¿verdad?
Entonces la boda será en la cima (?) de una loma y el novio tiene que “hacer una carrera” con todos los invitados porque quien llegue primero, se lleva a la novia. Por supuesto que los amigos dejan que Roy esté adelante. Y ahí es que se aparece una jeva, Robyn (Alexandra Maria Lara), con su Porsche rojo a desbaratar la boda y robarse a la novia. Si Roy quiere recuperar a Sylvia, pues tendrá que ir a Alemania a echar una carrera con Robyn en Nürburgring. Lo grande del caso es que Sylvia acepta todo esto como si fuese lo más normal del mundo desbaratar una boda e irse a Alemania y esperar que el novio gane una carrera. Roy como que debería de sentirse agradecido de que se está salvando de una loca, pero no, se siente culpable porque él es el responsable de separar a la familia. ¿Usté ha visto vainas?
No voy a prestar atención a las razones estúpidas que ponen en una película de carreras, siempre y cuando me den carreras y, lo que el título dice, que quemen el asfalto con los neumáticos. ¿Lo hacen? Bueno, como 3 veces porque también esto es una comedia. Yo hubiese pensado que se transportarían en un camión para no tener que conducir los vehículos de Noruega a Alemania, pero creo que eso hace que las cosas sean muy fáciles. La otra cosa es que desde un principio uno sabe que no hay una carrera justa entre un Porsche 991 y un Mustang 67 en la que el Mustang salga victorioso a menos que–los créditos del principio dan una idea de lo que pasará, y yo que estaba pensando en algo parecido a un episodio específico de Initial D: Second Stage.
El equipo de Roy consiste en TT (Trond Halbo), un salado, Doffen (Sven Nordin, un despistado, y Nybakken (Otto Jespersen), un tostado. Una colección azarosa de personajes. Y como se trata de una comedia, ayudan a un Roy sueco (Björn Kjellman), y posteriormente reciben la ayuda de un Roy alemán (Kostja Ullmann). Como las cosas están muy fáciles, pues Roy también es perseguido por dos policías alemanes en un BMW i8 (?), y hasta aparece un personaje que supongo que viene de una entrega anterior, Philip Mørk (Henrik Mestad), abordo de un autobús Scania. En la carrera final también entran un Chevrolet Stingray (?) y un Toyota GT86 (?), por ninguna buena razón en específico. Hasta se aparece momentáneamente otro pana que parece que es famoso a hacer ceritos, pero yo realmente no sé quién es y da la estrategia para ganarle al 86 de Akina. En serio, es la misma estrategia. ¿Y dónde está el eurobeat?
Para concluir, Asphalt Burning no es una buena película y creo que eso lo saben todos los involucrados, pero si pueden hacer algo divertido o divertirse haciendo algo independientemente del resultado, pues es lo que es, una especie de comedia con carreras y una trama boba. Yo la vi por las carreras, que definitivamente pudieron haber quedado mejor y solamente estaba pensando en la canción Gas Gas Gas de Manuel. Cuando usan imágenes generadas a computadora para ciertas maniobras, pues no hay mucho que desear más que cerrar los ojos y esperar a que pase.