Bad Boys II (2003)
Dos policías rebeldes 2

Ocho años después de Bad Boys (1995), Michael Bay finalmente tiene el dinero y la fama para hacer lo que le dé la gana. Esto significa que ahora podrá hacer en Bad Boys II, lo que no pudo hacer y arreglar todo lo que no le gustó de la película anterior. Sí, hace lo que le viene en gana, pero no significa que sea mejor o más divertida, pero sí hay más acción, más explosiones, y es tanto que a mí hasta se me olvidó la trama y cómo es que se une una vaina con la otra.
La trama no es complicada, es que pasan tantas vainas de por medio que uno pierde la noción de lo que se supone que están investigando. En algún lugar de Ámsterdan fabrican pastillas de éxtasis, que tiran al mar en unos ataúdes para que los narcos de Miami la recojan. Un mafioso ruso, Alexei (Peter Stormare), las distribuye en sus clubs nocturnos, y el dinero de la transacción se la da a un mafioso cubano, Johnny Tapia (Jordi Mollà), quien a su vez se lleva el dinero en ataúdes hacia Cuba. No sé cómo se vivirá en Cuba a base de dólares gringos, pero el narco cubano está construyendo una mansión de todo el tamaño allí.
Esta vez Mike Lowrey (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawerence), con más peso y más fama y más dinero, están buscando el cargamento más grande de pastillas de éxtasis que entrara a Miami, y no lo encuentran porque la trama así lo exige. Por ende, tienen que recurrir a su trabajo policial para encontrar a todos los involucrados en el tráfico de dichas pastillas, y quién es el villano que hay que matar aprehender al final de la película.
Las interacciones y los problemas personales que se sentían naturales en la película anterior, ahora se sienten forzados porque Mike está saliendo con la hermana menor de Marcus, Syd (Gabrielle Union), y Marcus está yendo a terapia para controlar su ira. Es como si alguien vio Bad Boys, copió algunas partes, y escribió el libreto de Bad Boys II basándose solamente en las partes copiadas. Entonces es una copia mal hecha porque por un lado quieren expandir y hacer más con los personajes, pero al mismo tiempo se olvidan de aquello que hace a los personajes. Quizás estoy pidiendo mucho de una comedia que tiene una sobredosis de secuencias de acción.
La película esta tiene tanta acción, que a mí se me olvida qué tiene que ver una cosa con la otra. Empieza con un tiroteo en medio de un pantano. Hay un tiroteo con persecución en una autopista, en la que el Ferrari de Mike Lowery no puede alcanzar un camión que transporta carros. Hay un tiroteo con unos haitianos. Hay otra persecución en la que involucran a una guagua que transporta cadáveres. Hay una persecución de unos botes en la costa de Florida. Y hay otro tiroteo que se convierte en persecución en Cuba. De nuevo, a mí se me olvidó qué tenía que ver una secuencia de acción con la trama, y hasta se me olvidó la trama porque las secuencias de acción son tan largas que lo principal es destruir la mayor cantidad de carros, y lo secundario es encontrar las drogas.
Con casi media hora adicional en comparación con la primera Bad Boys, a Michael Bay le dio tiempo de sobra para poner todo lo que quiso, lo cual incluye un poco de la familia de Marcus, pero mucho menos, porque prácticamente su esposa e hijos no hablan. El Capitán Howard (Joe Pantoliano) también está en la terapia para controlar su ira, y debido a eso está más calmado, lo cual se usa también para incluir más chistes.
Para concluir, Bad Boys II no es tan cómica o cautivadora como la primera porque hay demasiado, y se pierde la historia que quieren contar y la acción que quieren mostrar. Al final, uno no sabe si está viendo una película de policías o de militares porque, vuelvo y repito, hay demasiado. Con esto Michael Bay está encaminado para convertirse en el Michael Bay que todos conocemos y odiamos.
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