Io (2019)
Hablando de ideas sin terminar, Io, como una de las lunas de Júpiter, pero que la película se desarrolla en la Tierra, como The Titan (2018), que también se desarrolla en La Tierra. Esto es lo que pasa cuando tienes una idea, le echas dinero esperando que eso lo arregle, y el resultado es una película que no es buena ni mala, y al estar en el medio, no es suficientemente memorable. Bueno, pues quizás no le echaron tanto dinero, pues se ve de bajo presupuesto, aunque supongo que gastaron la mayoría en efectos especiales/visuales.
En algún futuro, el planeta Tierra se está yendo a la mierda, y la solución de los humanos es explorar el espacio en busca de energía geotérmica para importarla. ¡¿Energía geotérmica?! De todas las malas ideas, esta compite por la peor. ¿Dónde se almacenará esta energía? ¿Con qué eficiencia? Mejor no lo pienso, porque como la Tierra se está yendo a la mierda, pues convierten ciertas plantas de energía (¿nuclear?) en naves espaciales para mantener con vida a los humanos que se dirigen a Ío, la luna más cercana a Júpiter, con mayor actividad volcánica y menor cantidad de agua. Hay una razón por la que la mayoría elige a Europa, pero energía geotérmica por actividad volcánica no la razón.
Todavía hay habitantes en la Tierra, en los pequeños bolsillos de oxígeno en colinas y montañas, pero todo lo demás está cubierto por una neblina tóxica que nadie sabe de lo que está compuesta. Algunos dirán que amoniaco porque encuentran a una vaina flotando en un charco de amoniaco, pero esta no es la respuesta. Yo no sé de qué está hecha esta neblina, pero sea lo que sea que es, es altamente tóxico, y hasta parece que mata a la gente inmediatamente. No parecen que pierdan el aliento o que les salgan vainas en la piel, simplemente se mueren y ya. O al menos es lo que me imagino porque no presentan nada de esto, la jeva lo que narra es que la gente se muere mientras duerme, así que ni amoniaco, ni enfermedad, ni la vaina esa de Bird Box (2018), pero algún parecido a la vaina esa de The Happening (2008).
La jeva en cuestión es Sam Walden (Margaret Qualley), la única persona que está estudiando la posibilidad de vida en estas nuevas circunstancias. Sam explora la ciudad más cercana que está bajo una neblina púrpura, y tiene su hogar/laboratorio en una colina. Como no hay cadáveres en ningún lugar, asumo que se descompusieron o lograron tomar las naves que todavía quedan de la misión Exodus, que consiste en llevar gente a Ío. El caso es que la película se centra en Sam y en sus problemas mientras intenta buscar cómo la gente del futuro vivirá bajo estas circunstancias. Del lado de Ío, Sam tiene a su noviecito Elon (voz de Tom Payne), con quien se comunica por email de vez en cuando. En estos intercambios aprendemos sobre la vida de Sam y su padre, a quien no hemos visto por parte. Yo ya estoy viejo para estas cosas.
La película es lenta, porque de esto se trata, y eventualmente se aparece un tal Micah (Anthony Mackie) buscando al papá de Sam, el Dr. Henry Walden (Danny Huston). Por medio de Micah es que Sam podrá explicar varias cosas para que así nosotros los televidentes podamos entender el meneo de la atmósfera, y cómo se ha hecho la jeva esta para sobrevivir. A cambio, Micah puede explicarle el significado más o menos de “Leda y el Cisne” o al menos de una de las estrofas del soneto del mismo nombre de William Butler Yeats, y esto es importante para entender a Sam, pero para mí esto es un guionista intentando ser más creativo y artístico de lo necesario.
Una película de ciencia ficción no tiene que tener mucho dinero o muchos efectos especiales para ser buena, lo que sí debe tener es una historia que empuje las posibilidades de lo que entendemos y sabemos que es posible. En este caso, Io, más o menos está bien encaminada, pero al insertar cuestiones como una atmósfera o neblina tóxica que no tiene razón de ser y no es explicada por nadie, pues me pierde. Esta es una de las cosas que se deben explicar a fondo para mantenerme atento, porque de lo contrario asumiría que se trata de amoniaco y entonces todo estaría mal, muy mal. Entonces está el viaje a Ío, ¿en serio? ¿energía térmica en Ío? Yo creo que se invertiría menos en terraformar a Marte o una vaina así. Después de todo, les tomaría 10 años llegar de Ío a Alfa Centauri, así que deben de tener la tecnología.
Para concluir, Io no es que me la haya encontrado tan mala que quisiera echarme cloro en la cabeza, hay aspectos que ciertamente me los encuentro fascinantes, pero le falta más ciencia a su ciencia ficción. De recomendársela a alguien, pues sólo a aquellos que les gustan las películas lentas y aburridas.