Blade of the Immortal (2017)
Mugen no jûnin
Hay ciertas películas live-action que no deberían de hacerse y que el formato no les ayuda, por lo que es mejor que se queden en manga y animé. Ese es el caso de Fullmetal Alchemist (2017) de Netflix, Death Note (2017) de Netflix, Gintama (2017), y ni voy a hablar de Attack on Titan porque de por sí me desagradan tanto la serie animé como el manga. Otro ejemplo de esto es Blade of the Immortal o La espada del immortal, basada en el manga del mismo nombre, y donde desperdician un montón de dinero en producción para darnos una película aburrida.
La hermana de Manji (Takuya Kimura), Machi (Hana Sugisaki), queda vuelta loca luego de que éste matara a su cuñado en defensa propia. Esto lleva a que Manji tenga que cuidar de su hermana quien desde entonces sólo tiene paja en la cabeza, pero Manji es un hombre buscado por las autoridades. Así es que unos caza recompensas raptan a Machi para atraer a Manji y matarlos a ambos. Luego de una demostración de que son los peores caza recompensas de todos porque cien de ellos no pueden contra Manji, una vieja le hace tragar unos gusanos que le dan la habilidad de curar sus heridas más rápidamente y hasta puede volver a pegar cualquier extremidad mutilada.
Los gusanos estos pueden pegar una mano, pueden cerrar heridas sin dejar cicatrices, pero cuando se trata de arreglarle la cara a Manji parece que no funcionan porque este enfrentamiento le deja tremendas heridas en la cara, y una de ellas es sobre un ojo. Así que los gusanos arreglan lo que les dé la mardita gana. Aquí matan a Machi, y Manji se queda sin rumbo, sin poder morir y con todo el tiempo del mundo en sus manos. ¿Usará su habilidad para convertirse en mejor espadachín? ¿Usará su habilidad para hacerse de dinero? ¡Nada de eso! Preferirá vivir en una choza alejado de la civilización como todo un perdedor.
Este primer enfrentamiento nos dice cómo se desarrollarán las peleas en la película: Muchos espadachines juntos, algunos atacan, algunos hacen daño, la mayoría son malos en su trabajo, Manji los corta en cubitos, la cámara apunta a mal sitio para que no se aprecie la violencia, si un pedazo de gente sale volando es porque el corte si hizo fuera de cámara, y por alguna razón vamos a olvidar que existen los arcos y los rifles. La pregunta es si eres capaz de encontrar entretenimiento en esto, si por alguna razón encuentras que esto es divertido, porque yo honestamente quería que se terminara.
Cincuenta años después de su inicio con los gusanos, Manji no hace nada con su vida. Sin embargo, una jevita llamada Rin Asano (también Hana Sugisaki) viene buscando su ayuda porque mataron a su familia. Los bandidos son el Itto-ryu, liderados por Kagehisa Anotsu (Sôta Fukushi), y lo que buscan es unificar a todas las escuelas de esgrima, pero para lograrlo primero tienen que matar a casi todos los espadachines, incluyendo al padre de Rin. Así que prácticamente Manji tendrá que matar a cualquier infeliz que se le ocurra la brillante idea de meterse en su camino o de intentar hacerle daño a la chamaquita.
Yo no tendría problemas con la película si en las peleas se mostrara mejor la violencia, no me refiero a hacer una carnicería, sino a que se sintiera que estuviesen peleando y no con la cámara mirando a otro lado y el chorro de sangre volando en esa misma dirección. Después de esto, pues no sabía a lo que me iba a enfrentar, porque yo estaba dispuesto a aceptar a los gusanos, pero cuando el protagonista saca un montón de armas de sus mangas pues ya me estaban perdiendo. Entonces se aparece un tal Kuroi Sabato (Kazuki Kitamura) y me quitó todas las ganas de seguir viéndola. A esto le agregamos también que la chamaquita Rin se la pasa gritando, yo quería poner la película en silencio para no tener que oírla. Finalmente, pienso que la última pelea de la película es estúpida, innecesaria, y absurdamente larga y aburrida.
Para concluir, es evidente que no me gustó Blade of the Immortal porque me la encuentro aburrida y demasiado ridícula cuando el animé es el mejor medio para representar lo que quieren hacer. Sin embargo, hay que reconocer el montón de dinero que gastaron en los vestuarios, las locaciones, las armas, y los extras que sirven de carne de cañón.