Ralph Breaks the Internet (2018)

Ralph Breaks the Internet es otra instalación de Wreck-It-Ralph (2013), en la que hay más referencias a la cultura popular contemporánea que a los videojuegos ochenteros. Quizás por eso la nostalgia no es tan importante en esta entrega y tendré que esperar 10 años antes de volverla a ver. Otra cosa, tampoco me pareció tan graciosa como la anterior y el monstruo del final es, como lo describe Ralph, “inquitante”.

En el salón de maquinitas que se está yendo a la quiebra, los personajes de los videojuegos hacen lo que les da la gana en las noches cuando nadie los está viendo, como irse a embromar a otros videojuegos o a esperar el amanecer en la regleta donde todas las maquinitas están conectadas. Así Ralph (John C. Reilly) y Vanellope (Sarah Silverman) se la pasan saltando de una maquinita a otra en la misma rutina todas las noches hasta que llega el viejo Sr. Litwak (Ed O’Neill) a abrir el negocio. Sólo que esta mañana conecta un aparato nuevo a la regleta, y no se trata de un juego, es un módem inalámbrico o güifi. Otra cosa, el nombre “Litwak” tiene que significar algo, pero yo soy muy estúpido para hacerme una idea.

El caso es que Ralph y Vanellope necesitan una excusa para ir a la Internet y, como no tienen ninguna, hay que inventarse una. Como Vanellope prácticamente hace lo que le da la gana en su juego independientemente quien haya insertado sus moneditas para jugar, pues las cosas terminan en tragedia cuando la muñequita se gobierna y tira para un lado y la jugadora tira para el otro lado. El resultado es un volante roto, una pieza que sólo venden en eBay por mucho dinero, y un Sr. Litwak que no gana lo suficiente como para justificar ese gasto, lo cual significa que la maquinita de Sugar Rush debe ser desconectada.

Así que Ralph y Vanellope se ponen la tarea de conseguir el volante de reemplazo, y para eso tienen que visitar la red de redes. ¿Cómo se representa la Internet mediante muñecos animados? Pues digamos que me recordó mucho a ReBoot, y va más o menos por la misma línea. Ahora, debido a que tienen que enfocarse en ciertos “sitios”, pues entonces para eso están eBay para las subastas, Slaughter Race como una especie de Death Race o Carmageddon, BuzzzTube que es lo mismo que YouTube pero sin entrar en disputas por marcas registradas, Disney porque esta película es un producto de su estudio de animación, y KnowsMore que es una especie de buscador que se parece al búho de las paletas. Sin embargo, se pueden ver otros nombres flotando a lo lejos que no aportan nada a la película y que sólo existen para que la gente pregunte “ah, ¿y viste la referencia a Marca X?”

En resumen, hay ciertos parecidos con la trama de la película anterior, como un bicho que se reproduce exponencialmente, y alguien que no pertenece a un lugar queriéndose quedar más tiempo del necesario. Empero, también hay un mensaje perseguir tus propios sueños, de que se puede ser amigo de lejos, y que en Internet hay muchas vainas estúpidas.

Ralph Breaks the Internet es divertida y cómica, y no todas las referencias son a videojuegos, sino a la cultura popular más reciente que la década de los 80s y a vainas virales que uno tiene que cuestionar seriamente en qué está perdiendo el tiempo. El simple hecho de que existe la escena pos créditos es suficiente para hacerme reír.