Bad Times at the El Royale (2018)
Malos momentos en el Hotel Royale

Como si se trata de de Pulp Fiction (1994) de Quentin Tarantino, Bad Times at the El Royale intenta narrar una historia desde diferentes puntos de vista y no necesariamente organizados cronológicamente. Bueno, algo por ese estilo, pero no tan buena, y con menos sustancia.
El Royale es un hotel que queda en medio de dos estados, Nevada y California, así que tiene una línea roja que divide al hotel por la mitad y así pueden hacer ciertas actividades de un lado, y ciertas otras actividades del otro. A fin de cuentas, ¿para qué sirve esto para el desarrollo de la película? Para absolutamente nada porque sólo mencionan la novedad que es tener el hotel en dos estados contiguos. Hubiesen desarrollado la historia en otro hotel en decadencia cualquiera, y no habría ninguna diferencia.
En fin, El Royale era un hotel prestigioso en algún momento, y ahora lo que queda es un montón de habitaciones con un solo empleado, Miles Miller (Lewis Pullman), que hace de todo en el hotel aunque no lo vemos haciendo absolutamente nada. Quizás porque nadie va al susodicho hotel. Sin embargo, hay que admitir que aunque esté prácticamente abandonado, todo se ve muy limpio y nuevo, así que Miles no puede estar haciendo mal su trabajo.
Un día llegan huéspedes al hotel, un padre llamado Daniel Flynn (Jeff Bridges), una cantante llamada Darlene Sweet (Cynthia Erivo), una mujer malhumorada llamada Emily Summerspring (Dakota Johnson), y un vendedor de aspiradoras llamado Laramie Seymour Sullivan (Jon Hamm). Cada uno de estos individuos tiene su propia razón para estar en el hotelucho este, pero el propósito no evidente desde el principio. Básicamente, si nadie se metiera con nadie, todos estarían felices, pero entonces no habría película.
Me parece curioso que el personaje de Jeff Bridges también se llame Flynn, como en Tron (1982) y Tron: Legacy (2010). Chris Hemsworth eventualmente se aparece, y es una especie de cultista llamado Billy Lee, inspirado en Charles Manson o algo así, y casualmente también es el nombre de uno de los gemelos en Double Dragon. El caso es que vainas malas pasan porque estos pajaritos no son buenos, y el hotel no es que sea el mejor lugar para pasar la noche.
La película se divide en diferentes puntos de vista para narrar una historia y eventualmente estos puntos de vista convergen al final para el desenlace. Se la pasan repitiendo las mismas escenas desde otros puntos de vista como si se tratara de Vantage Point (2008). El único problema con esto es que en ningún momento siento interés por ninguno de estos personajes, ya que estar repitiendo lo mismo le resta minutos a la narración que se pudieron haber usado en el desarrollo de los personajes.
Una vez llegamos al último tercio de la película y ya sabemos todo lo que tenemos que saber de los personajes, pues finalmente se olvidan de la narración tarantinesca y podemos apreciar que no todos los personajes son malos, sólo que no me acordaré de la mayoría de ellos porque no me importan.
Para concluir, no es que encuentre Bad Times at the El Royale mala o buena, es que la narración me parece dispareja y no estoy interesado en los personajes, que bien los pueden matar en los primeros 10 minutos o dentro de 2 horas.