Mission: Impossible – Fallout (2018)

Ya van 6 películas de la serie de Misión: Imposible. Pues Tom Cruise se ha encargado de mantener viva a la franquicia.  Mission: Impossible – Fallout se desarrolla un par de años después de Rogue Nation (2015), y lo primero que nos dicen es que sacar al villano anterior de circulación ha hecho que el Sindicato/Spectre/Hydra cambie de nombre a The Apostles o Los Apóstoles y más nada, todo lo demás sigue igual.

Para bien o para mal, Fallout no sigue el meneo de las entregas anteriores en las que elaboran un plan para recuperar a un McGuffin y luego se ve ese plan en acción. Lo que se ve más bien es una reacción a los hechos con la respuesta de “estoy trabajando en ello”. Ese siempre ha sido el fuerte de la serie y ahora lo cambian, y a mí no me agrada cuando las cosas cambian en la entrega número 6. El caso es que la idea es conseguir un plutonio, pero las cosas salen mal y se vuelve una carrera contra el reloj para encontrar dicho plutonio. Mientras tanto, nadie nunca responde a la pregunta ¿quién diablos se robó el plutonio?

La jefa de la CIA, Erica Sloan (Angela Bassett), no quiere que la IMF haga lo que se le venga en gana después de perder de vista al plutonio por lo que manda a su mano derecha, el agente August Walker (Henry Cavill), como un recurso en la operación, y su presencia no es negociable. Luego de años operando todavía hay gente que duda del trabajo de la IMF. El caso es que este Walker muestra ser un incompetente, intencional o inintencionalmente, así que no entiendo cómo llegó tan lejos en la CIA. Benji (Simon Pegg) y Luther (Ving Rhames) siguen siendo las personas de confianza de Ethan, e Ilsa Faust (Rebecca Ferguson) vuelve con otros planes en mente, aunque sabemos que ella nunca será villana.

Una de las cosas que Los Apóstoles buscan es liberar a Salomon Lane (Sean Harris) de prisión para no hacer nada con él pues no es el líder de la organización, no lo quieren eliminar para que no revele sus secretos, y una vez logren rescatarlo no lo esconderán para seguir tramando desde las sombras. Así que si esperabas algo parecido a Rogue Nation con Lane siendo el mismo azaroso que antes, pues sólo encontrarás decepción.

Si hay una razón para seguir a la serie se debe a sus secuencias de acción, donde no toman atajos para mostrar persecuciones en carros, motocicletas, helicópteros, y sobre todo a Tom Cruise corriendo. Son emocionantes y divertidas de ver donde se puede apreciar lo que está pasando y hoy no tomas claustrofóbicas con cortes abruptos. Así que mientras me encuentro la trama un poco floja, las escenas de acción me encantan.

Para concluir, creo que Mission: Impossible – Fallout es un película de acción divertida, los diálogos no son descerebrados, nos vende lo que queremos comprar, acción. A pesar de los trucos que hacen para que Tom Cruise se vea más alto de lo que es, al menos no hicieron el esfuerzo de hacerlo más alto que Henry Cavill.