The Greatest Showman (2017)
El gran Showman
Si dijeras que The Greatest Showman (o el gran showman) es Hugh Jackman, todos estaríamos de acuerdo y sería el final de la película. Como ese no es el caso, Hugh Jackman tiene que trabajar cantando y bailando en un musical, y basándonos en su historial, sabemos que será todo un espectáculo. Sin embargo, ¿cuál es el punto de la película además de ofrecernos números musicales?
La película empieza con un musical, por supuesto, pero es el que te dan al final antes de volver al pasado para relatar desde un principio la vida de P.T. Barnum (Hugh Jackman). Un joven P.T. Barnum (Ellis Rubin) que prácticamente se los está llevando el diablo, ayuda a su padre, un sastre que también se lo está llevando el diablo. Uno de sus clientes es la familia O’Malley, que tiene todo lo que los Barnum no tienen, incluso a una hija llamada Charity (Skylar Dunn). Más adelante, un adulto Barnum (Jackman) vuelve a la mansión O’Malley para llevarse a Charity (Michelle Williams) a vivir debajo del puente, a vestirse con sacos de papas, y a que cuide de la casa y sus dos hijas mientras P.T. trabaja de mecanógrafo o una vaina así.
Cuando el negocio se va a la quiebra y botan a todos los empleados, incluyendo a P.T., a éste se le ocurre tomar un préstamo e incursionar en varios negocios de entretenimiento entre los cuales se incluye contratar a todas las personas “únicas”, como la mujer barbuda (Keala Settle), un hombre pequeño (Sam Humphrey), una trapecista (Zendaya), y a Zac Efron. Bueno, Zac Efron vendrá después. El caso es que ya en la primera media hora tiene todo un show armado y está generando ingresos que decide despilfarrar en lugar de pagar el préstamo tranquilamente. Ahora, ¿hay necesidad de la próxima hora cuando en la primera media hora no hay ningún conflicto o problema a la vista? Bueno, todavía hay más canciones en el repertorio y éstas no se van a cantar solas.
Este es el problema que tengo con The Greatest Showman, que no hay ningún conflicto que hay que resolver, ninguna dificultad, la mayor parte del problema reside en las ambiciones de P.T. Barnum, y éste no se detiene a pesar de que su esposa le dice que ya tiene todo lo que siempre quiso tener. Bueno, pues hay que hacer líos donde no hay. Los habitantes de la ciudad no les gusta la “gente rara” que trabaja en el circo de Barnum, la clase alta no acepta a un hijo de un sastre, y finalmente, Barnum no quiere verse asociado con “gente rara” una vez empieza a codearse con gente rica. Problemas muy simples que sienten que arrastran innecesariamente la película más de la cuenta porque se resuelven solos (nadie los vuelve a mencionar o se olvidan de ellos).
Independientemente de los problemas que tiene la trama, los números musicales son muy buenos, y hay uno que en un bar con una coreografía espectacular que involucra a Hugh Jackman y a Zac Efron. Más adelante Barnum recluta a una réquete famosa cantante, Jenny Lind (Rebecca Ferguson), y sus problemas empeoran, pero el doblaje de la cantante sobre Rebecca Ferguson es fenomenal. Y eso es todo lo que ofrece The Greatest Showman, una serie de shows pequeños, con colores y canciones (unas más pegajosas que otras). Mientras que yo no me acordaré de nada en el futuro, al menos escucharé la banda sonora un par de veces más.