Blade Runner 2049 (2017)
Blade Runner 2049 es una secuela a Blade Runner (1982) sólo porque ocurre en el mismo universo y hay par de eventos relacionados, pero en general, se mantiene como una película aparte que no capitaliza la nostalgia para vendernos otro producto. La película es su propia historia, pero para tener un mejor entendimiento, es mejor ver la película anterior y los 3 cortometrajes relacionados que agregan más contexto, no porque sean esenciales para su disfrute.
Han pasado 30 años desde que los eventos de la anterior Blade Runner, y prácticamente todo sigue igual. Los replicants están prohibidos en la Tierra exceptuando los nuevos modelos de Wallace Corporation. Los replicants siguen siendo los esclavos de las colonias Off-world, y todavía se usa el término despectivo skinjob. Lo que me sorprende es que la tecnología sigue viéndose perteneciente al retrofuturo introducido en la original Blade Runner, por lo que no hay tantas pantallas planas ni celulares, algo que ni Ridley Scott ha seguido en sus propias películas (me refiero a Prometheus (2012) y demás).
Si has visto los trailers probablemente te has preguntado por qué Ryan Gosling tiene la cara de aburrido en casi todas las escenas, pues es algo que responden en los primeros minutos de la película sin dar muchas vueltas. El oficial K (Ryan Gosling) es un blade runner que caza a los replicants que se han dado a la fuga, que en su mayoría son viejos modelos Nexus 8.
K visita al Sr. Sapper Morton (Dave Bautista), quien es un granjero de gusanos sintéticos. Creo que son ricos en proteínas. Lo que no sabe es que su visita lo llevará a investigar un misterio que han estado ocultando en esa granja y con éste vienen serias implicaciones al balance que hay entre los humanos y los replicants que sacude el universo de Blade Runner, o al menos eso nos quiere hacer creer la jefa de K, la teniente Joshi (Robin Wright). Una de las piezas para resolver este misterio es dar con el paradero de Rick Deckard (Harrison Ford), quien ha estado desaparecido por muchos años, pero no es que su presencia sea vital para la trama, pues todo se centra en K.
Las preguntas filosóficas no se hacen esperar, ¿cuál es el poder de los recuerdos? ¿cómo éstos influyen en nuestro comportamiento? ¿los replicants tienen alma si son entes pensantes? ¿Eres un humano si estás hecho de partes sintéticas? Preguntas que ya hemos discutido gracias a obras como Ghost in the Shell (1995), la cual menciono cada vez que hablo de Blade Runner y viceversa. Hay ciertos hoyitos en el libreto que no estoy seguro si son intencionales, errores de los guionistas, o algo se perdió en la edición. Por ejemplo, si Deckard dice que algo es de color verde y yo estoy casi seguro de que ese no es el caso, me hace creer que no me estoy tomando las pastillas en el horario recetado, pero eso puede ser intencional para despistar al enemigo.
Uno de los personajes que quiere que el misterio se resuelva es Niander Wallace (Jared Leto), el presidente de Wallace Corporation, quien quiere usar ese conocimiento para fabricar más replicants. Como el señor está ciego, manda a su mano derecha, Luv (Sylvia Hoeks), una replicant que se le importa las consecuencias con tal de seguir las órdenes de su creador. Esto significa que Wallace y sus lacayos pueden hacer lo que les da la gana y las autoridades no harán nada para detenerlo. Quizás hay un chiste de “el amor hace daño”, pero no soy tan inteligente para entenderlo.
Mucho se hablará de la hermosa fotografía de Roger Deakins y de las imágenes que nos transportan a Los Ángeles en el año 2049. Con los avances tecnológicos de los últimos 35 años, Blade Runner 2049 es una experiencia visual que nos pone bajo la nieve de la ciudad, la arena de un desierto, y la lluvia de la costa. Ahora, yo no sé quién tomó la decisión de la “corrección de colores”, porque en la ciudad todo se ve azul, la visita en el desierto se ve anaranjado, y cuando puedes ver los colores con luz natural es porque todo está oscuro. Definitivamente es una mejora en comparación con la anterior donde todo estaba oscuro porque todo pasaba de noche o el Sol estaba muriendo.
La pregunta que muchos fans quieren que responda es si Rick Deckard es o no un replicant. Esta no es una película que responda a esa inquietud que seguirá siendo un punto de debate. Mientras que yo me inclino a una respuesta negativa, a que Deckard es un humano, la pregunta es si esto hace alguna diferencia en la historia. Yo creo que ese es otro no.
He intentado escribir sobre esta película sin entrar en muchos detalles para evitar spoilers, pero parte de la diversión es poder discutirla abiertamente. Sólo el tiempo dirá si Blade Runner 2049 se convertirá en un clásico, pero por ahora es de las películas que más me han gustado del 2017 (aunque el libreto puede usar un poco más de cariño), y esto es antes de que empiece la temporada de los nominados al Óscar. Como los viejos replicants están prohibidos, los modelos de placer también son ilegales y creo que Wallace no está en fabricarlos, por lo que hombres solitarios tendrán que ocuparse con el holograma de Joi (Ana de Armas), que es una versión mejorada del OS1 de Her (2013).