The Hitman’s Bodyguard (2017)
Duro de cuidar
¿Una película en la que tienes a Samuel L. Jackson maldiciendo a los cuatro vientos mientras Ryan Reynolds suelta su humor caprichoso? Eso es lo que nos vende The Hitman’s Bodyguard, en la que un asesino a sueldo tiene un guardaespaldas, pero no es porque así lo desee. Ahora me doy cuenta que no hay suficientes comedias con Samuel L. Jackson.
El asesino a sueldo Darius Kincaid (Samuel L. Jackson) ha firmado un acuerdo en que tiene que dar su testimonio sobre un terrible dictador de Bielorrusia a cambio de que liberen a su esposa Sonia (Salma Hayek). Espera, ¿Salma Hayek está en esta película? Pues sí, y en dosis saludables, pero está presa por la Interpol. El caso es que la Interpol tiene que transportar a Darius desde Inglaterra hasta Ámsterdam, y cuando las cosas salen mal, Elektra Natchios Amelia Roussel (Elodie Yung) llama a la única persona externa en que puede confiar para hacer el trabajo, su ex Michael Bryce (Ryan Reynolds).
Michael Bryce era importante en el mundo de los guardaespaldas a sueldo hasta que un día todo se fue a pique y ahora es un guardaespaldas de segunda que tiene dificultad para pagar sus facturas. Te matan a un cliente y ya no eres nadie, pero si casi todos tus clientes son criminales internacionales pues el trabajo no es nada fácil. Entonces ahora Michael hace de transportador para la Interpol con la finalidad de algún día volver a los tiempos en que tenía dinero, sólo que Darius no quiere un guardaespaldas.
Cuando tienes a Samuel L. Jackson y a Ryan Reynolds la película es cómica porque son personajes diferentes tanto en lo que dicen como en lo que hacen; uno es un asesino y el otro un guardaespaldas, uno es descuidado y el otro le gusta lo seguro. Para tratarse de una comedia tiene escenas de acción decentes, disparatosas, pero divertidas. La preguntas más importante es ¿te reíste? Yo sí, y fue buena forma de perder 2 horas.
Hay algo que no encaja en la película y eso es el dictador bielorruso Vladislav Dukhovich (Gary Oldman). Se trata de una comedia, pero entonces las acciones de Dukhovich no son nada cómicas. De hecho, los dos únicos cómicos son Darius Kincaid y Michael Bryce que viven en un mundo donde todos son unos aburridos. Realmente quieren vendernos la imagen de que Dukohvich es un dictador despiadado, pero yo fui a ver esta película para reírme. La otra pregunta es ¿por qué Gary Oldman? Vladislav Dukhovich no está tanto tiempo en pantalla como para demandar el talento de Gary Oldman así que bien podrían poner conserje de Scrubs.
Para concluir, me reí con The Hitman’s Bodyguard y es todo lo que esperaba. Probablemente no me acuerde de nada dentro de una semana, pero eso es lo que hay.