Alone in Berlin (2017)
Solo en Berlín
Alone in Berlin es una película lenta y aburrida que sólo ves una vez en tu vida y te olvidas de ella. Que te guste o no mientras tanto es completamente subjetivo, pero encuentro que el tema que trata no tiene ningún impacto en el mundo más que presentar el miedo que los simples mortales le tenían a la Gestapo. Tú ves algo así como The Book Thief (2013), pero sin nada de felicidad. Alone in Berlin se basa en la novela del mismo nombre de Hans Fallada y, por lo que puedo leer de Wikipedia, omitieron muchas vainas.
Otto (Brendan Gleeson) y Anna Quangel (Emma Thompson) son una pareja que vive en Berlín y lo primero que sabemos de ellos es que reciben la noticia de que su único hijo, un soldado alemán, ha fallecido en Francia. Esto aumenta el desagrado que Otto y Anna le tienen al régimen nazi, que además de entrar en una guerra para conquistar el mundo, la gente tiene miedo en las calles y tienen que enviar a sus hijos a sacrificarse por Alemania.
Así empieza la idea de Otto de rebelarse contra el régimen nazi Para ello lo que hace es escribir mensajes en contra del führer Hitler y el nazismo, y dejar dichas tarjetas postales en edificios muy concurridos con la finalidad de que alguien las lea y, en caso de apoyar ese sentimiento, la comparta con más gente. En caso contrario, pues las tarjetas postales acabarán en manos de la Gestapo, lo que conlleva un número de consecuencias que terminan en la muerte. Por supuesto, al principio Otto corría el riesgo solo, pero eventualmente su mujer se involucró a sus actos rebeldes. Por lo que si encuentran a uno, encuentran al otro. Definitivamente, no suena como el mejor plan del mundo para irse en contra del régimen.
Escherich (Daniel Brühl) es el detective encargado de la investigación, y su plan consiste en esperar a que el autor de las tarjetas, a quien ha apodado “hobgoblin”, cometa el error que permita su captura. Esta es mejor alternativa que aterrorizar aún más a la población y matar a gente inocente que no tiene nada que ver con el hobgoblin. Sin embargo, sus superiores no cogen esa y su vida es la que corre peligro si no resuelve el caso.
El principal problema de Alone in Berlin es que no pasa nada. Durante tres años la pareja Quangel deja sus tarjetas postales, la gran mayoría son entregadas a la Gestapo, por lo que no se percibe que el trabajo de Otto esté valiendo de algo. Debido a la paciencia de Escherich, no hay una persecución o un sentido de urgencia de dar con el hobgoblin. Finalmente, debido a que los Quangel están “solos en Berlín”, nadie más está involucrado con su complot, por lo que no importa que capturen a un fulano que no tiene nada que ver con ellos, no significa que estén cerca de desenmascararlos.
Alone in Berlin es una película satisfactoria que se desarrolla lentamente, pero no hay nada extraordinario en ello y luego de que se termina es como si no hubieras visto nada.
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