Don’t Breathe (2016)
No respires
¿Cómo se puede revivir el género de horror sin meter a fantasmas, demonios, asesinos en serie, y demás pájaros infernales? Pues con gente común y corriente que buscan una nueva oportunidad, aunque para lograrlo tengan que recurrir a ideas descabelladas y perturbadoras. Don’t Breath o No respires le sopla aire fresco (¡ja!) a un género que considero estancado en lo paranormal como forma de asustar a los infelices que botan su dinero para que le suban el volumen al ruido con la esperanza de que salten de sus asientos.
Don’t Breathe ofrece una trama simple. Tres mocosos de pacotilla se infiltran en la casa de un ciego para robarle dinero. Lo que no saben es que el cieguito le importa un bledo mandarlos a freír tusas 6 pies bajo tierra. Así entramos en un dilema porque por un lado tenemos a los protagonistas que realmente no son gente buena, y por el otro está el villano que está defendiendo su propiedad. ¿Quieres que los chamaquitos sobrevivan? Quizás. ¿Quieres que el ciego se salga con la suya? Quizás no.
Rocky (Jane Levy) es la chamaquita que más historia tiene entre los delincuentes juveniles. Su madre es una cerda abusiva, se preocupa por su hermanita que todavía no está contaminada por la maldad materna, y no tiene forma de salir de ese hoyo en que vive por lo que recurre a robar casas. Money (Daniel Zovatto) es un rufián cualquiera y novio de Rocky. Alex (Dylan Minnette) es la rueda de repuesto, la mente maestra en los robos ya que su padre trabaja para una compañía de seguridad y tiene acceso a las llaves/contraseñas de sus clientes, y es quien tiene una especie de brújula moral. ¿Un ladrón con un código? ¿Te crees Parker? Finalmente está el ciego en cuestión que interpreta Stephen Lang, un veterano que perdió la vista en Irak, y quien se toma muy en serio el tema de la propiedad privada.
La película ofrece horror fuera de lo convencional con un gran trabajo de fotografía que nos hace sentir claustrofobia y nos hace entender muy bien la disposición de las habitaciones en la casita del ciego veterano. Por ejemplo, la primera vez que nuestros ladronzuelos entran a la casa, lo vemos prácticamente todo sin cortes y sin el meneo de cámaras que tanto le gusta a Hollywood. No se trata de ver al diablo venir, sino que éste está presente, sólo que no puede verte, y esto es lo que la hace un película tan entretenida.
En detrimento de la película está el factor de cuánto es que puedes dejar pasar porque tiende demasiado fuerte a lo inverosímil. Por ejemplo, ¿cuántas balas es que tiene la pistola esa? Si la ventana tenía barras, ¿cómo es que el chamaco sale volando por ésta? ¿Este es el final de la película o todavía sigue? ¿Cómo es la vaina? Sin embargo, nada se compara con la idea más perturbadora de todas, y tiene que ver con el oscuro secreto del ciego veterano. Desde un principio se cree que los chamaquitos son los villanos, pero este señor se lleva el premio, ninguno de los personajes de esta película son buena gente.
Para concluir, me parece que Don’t Breathe es una buena película de horror por lo que es, simple y sin nada paranormal. No, no es la mejor película de horror de los últimos años, pero es una de esas que tienes que ver y recomendar porque Fede Alvarez sabe construir el suspenso en lugar de esperar que un demonio/fantasma/monstruo lo fabrique.