War Dogs (2016)
Amigos de armas

Imagina por un momento que tienes la codicia sin frenos de The Wolf of Wall Street (2013), combinado con el negocio de tráfico de armas de Lord of War (2005), y en algún universo paralelo obtendrás una película fantástica, pero como estás en este universo, lo más cercano que tendrás es War Dogs, una película que hace el intento, pero que falla porque no permite que sus protagonistas sean extraordinarios.
David Packouz (Miles Teller) es un perdedor cualquiera que trabaja en Miami como masajista independiente a US$75 la hora. Si dichos masajes tienen final feliz es debatible, pero su vida ha sido un desastre por su falta de juicio. Entonces llega Efraim Diverolli (Jonah Hill), un estafador de “alante” que le propone un negocio jugoso a David: conseguir los contratos armamentistas más pequeños del gobierno de EE.UU. y venderle las armas que necesitan sin salir de la comodidad de su oficina. Es como si Jordan Belfort sólo se enfocara en las pequeñas inversiones que los peces gordos ignoran–¿Estoy hablando de nuevo de The Wolf of Wall Street? Sí, bueno, idea similar.
Si la guerra de Irak va porque va, pues así lo decidió el gobierno de George W. Bush, entonces ¿por qué no intentar lucrarse sin tomar grandes riesgos? Además, la novia de David, Iz (Ana de Armas), está embarazada, y si hay algo seguro que desbarata el presupuesto familiar es un bebé. ¿Qué sucederá con nuestros protagonistas? Pues lo obvio, porque de lo contrario no habría película, y mucho menos se llamaría War Dogs o “Amigos de armas”.
Jonah Hill es quien hace que esta película valga la pena ver porque es el personaje más desagradable, mientras que vemos los eventos a partir del punto de vista de Miles Teller, quien parece tener una conciencia. Ana de Armas está para recordarle al personaje de Miles Teller que no debe caer en la perdición de Jonah Hill porque es un padre de familia. Realmente no hay más acerca de estas gentes que no tienen familiares ni amigos, ni motivos más allá del dinero, pero que se trata, como si a alguien le importara, de una historia basada en hechos reales. ¿Sabes qué otra película estaba basada en hechos reales? The Wolf of Wall Street, pero en ésta el personaje más desagradable es el protagonista y hay un montón de personajes secundarios que le agregan profundidad tanto a los protagonistas como a la historia.
Si puedes ignorar todo lo que le hace falta, War Dogs empieza como una especie de película informativa acerca del negocio que es la guerra, con un par de personajes cómicos que no saben muy bien lo que están haciendo, hasta que la vaina se pone seria y ya no te estás riendo porque a nadie se le ocurrió cómo terminarla de manera graciosa. Entonces por eso se siente que queda floja, y no es que Efraim y David son unos genios traficantes de armas si apenas tuvieron dos contratos antes de que se acabara. ¿Qué otra película basada en hechos reales tenía a gente que no sabía lo que hacía? The Big Short (2015), por supuesto.
Para concluir, en su mejores momentos War Dogs es una comedia entretenida con la gran actuación de Jonah Hill, y que en sus peores momentos se les olvida que se trata de una comedia y sólo quieren avanzar la trama. Pudo haber quedado mejor si hubiesen decidido aceptar lo exagerado y absurdo, como cuando Jonah Hill se ríe como un subnormal.