The Shallows (2016)
Miedo profundo

Cualquier película relacionada a tiburones se ha vuelto un relajo gracias a grandes exponentes como Sharknado (2013), y en menor medida a vainas como Sand Sharks (2012) y Sharktopus vs Whalewolf (2015). Ahora viene The Shallows para decirnos que es posible recobrar el miedo a los tiburones que empezó con Jaws (1975). Y esto suena muy bonito, si no fuera porque he visto “la semana del tiburón” en Discovery Channel y cualquier cosa que puedan traer a la pantalla grande sólo puede terminar en decepción.
En la historia no hay más que una jeva llamada Nancy (Blake Lively) que va a una playa muy escondida en México y es atacada por un tiburón blanco que no tiene absolutamente más nada que hacer con su vida. De ahí que la jeva se las tiene que ingeniar si quiere salir viva de la playa, porque se queda en una piedra como su único resguardo del escualo. Es como All Is Lost (2013), pero sin Robert Redford, sin bote, y con un tiburón al asecho; o como 127 Hours (2010), sin piedras y con James Franco en bikini.
La película empieza todo alegre todo bonito, Blake Lively viene a surfear a esta playa virgen que definitivamente no fue rodada en México, y luego se convierte en una especie de thriller en que no puede descuidarse porque terminaría como carne mechada. Si ignoramos sus problemas familiares, el hecho de que abandonó la escuela de medicina, y demás pendejadas, la película es entretenida si lo tuyo es el suspenso de que en cualquier momento un monstruo acuático puede salir y comerte. Y en sí funciona, pero yo me estaba preguntando que por qué este tiburón está tan obsesionado con la flaca esta cuando tiene a una deliciosa ballena cerca y si su estómago tiene fondo porque parece que sólo mata por diversión. Entonces van y me recuerdan que existe Jaws 4 (1987) y mejor no pregunto más.
Jaume Collet-Serra nos lleva debajo del agua, donde sólo se ven los piecitos de Blake Lively; en tomas aéreas podemos ver la hermosa playa y el agua cristalina; y finalmente nos enseña partes del animal para que le tengamos mieda a su presencia. Ahora bien, se daña al agregarle una historia floja a la protagonista, el exceso de cámara lenta, y un final que sólo faltaba que llovieran flores. En mi caso me estaba riendo por el giro tan malo que habían dado con el tiburón. No es que hayamos empezado con buen pie, pero el tiburón cuando “está perdiendo” se vuelve gracioso.
Para concluir, The Shallows es del tipo de películas que dejas al pasar canales en la televisión porque sientes curiosidad sobre la chica en bikini y el tiburón que la acosa, una vez se acaba olvidas que la estabas viendo y piensas que debieron haberle dado el Óscar a mejor actor del reparto al joven Steven Seagull.