Zoolander (2001)
Una organización secreta requiere los servicios de un diseñador de moda para elminiar al primer ministro de Malasia, y para lograr esto dicho diseñador de moda empleará a un modelo masculino. Esto suena increíblemente ridículo y por suerte se trata de una comedia protagonizada por gente que tiene la cabeza hueca.
Derek Zoolander (Ben Stiller) es un modelo masculino que sólo puede describirse con tres palabras: es un estúpido. Uno creería que esa una cualidad única de nuestro protagonista, pero la verdad es que todos los modelos masculinos de esta películas son unos estúpidos que no tienen idea de lo que hacen. El principal rival en el mundo de la moda es Hansel (Owen Wilson), quien es considerado como el novato del año, por lo que hay un trato amargo entre estos dos señores. Y aún más cuando la reportera Matilda (Christine Taylor) de la revista TIME escribe un artículo acerca de cuán idiota puede ser Derek.
Jacobim Mugatu (Will Ferrell) es el diseñador de moda anteriormente mencionado, y que ve en Derek Zoolander el asesino perfecto para llevar a cabo su misión de eliminar al primer ministro. Mientras que los modelos masculinos carecen de cerebro, todos los demás involucrados con ese asunto parecen tener al menos una pizca de inteligencia, pero Mugatu puede considerarse como un genio o al menos alguien que tiene un cerebro funcional. Él inventó la corbata de piano.
Uno podría considerar a Zoolander como una sátira a la industria de la moda en la que los modelos sólo se preocupan por verse bien, la industria necesita de mano de obra infantil para poder existir, y la ropa muy bien podría estar hecha de basura. Literalmente. La colección Derelicte de Mugatu está inspirada en los indigentes de Nueva York, y parece estar hecha de materiales reciclados. Para usar a Zoolander como un arma para acabar con el primer ministro, primero le tiene que lavar el cerebro a ritmo de Relax de Frankie Goes to Hollywood.
Para concluir, me parece que Zoolander es una película divertida, mas no la mejor comedia de todos los tiempos como muchos dirán luego de Zoolander 2 (2016). Es ridícula, un poco impredecible, algunos díalogos son memorables, hay chistes gráficos y verbales, y por eso me gusta.