Run All Night (2015)

Run All Night no es una película buena, pero tampoco es tan mala que debamos alejarnos de ella como si se tratara de mi primera ex-esposa. Por un toque de originalidad o ingenuidad derivada de la falta de creatividad, la película es fiel a su título, y se trata de huir durante toda una noche, o como la han traído a este lado del mundo, “Una noche para sobrevivir”. Para variar, Liam Neeson no amenaza a nadie de muerte.

Nuestro protagonista es Jimmy Conlon (Liam Neeson), un matón de la mafia que ahoga sus penas en el alcohol. Espera. ¿Es este otro papel que empieza con Liam Neeson pasado de tragos? No tenemos suficiente con Taken en el avión y Taken en el cementerio, ahora también tenemos a Taken de noche, completando así la trilogía del alcohol. En fin, Jimmy “El Cava-Tumbas” Conlon era el matón de la mafia y el último amigo personal del jefe de dicha organización, Shawn Maguire (Ed Harris), y gracias al primero es que el segundo está en la posición que está. Tú sabes, a lo John Wick.

El caso es que se arma un pleito con unos albaneses, y el hijo de Shawn Maguire, Danny (Boyd Holbrook), quiere matar al hijo de Jimmy Conlon, Mike (Joel Kinnaman). Uno pensaría que al tratarse de los hijos de viejos amigos nadie saldría lastimado, pero Jimmy termina la existencia de Danny, y de ahí que los Conlon tendrán que huir de la ira de Shawn Maguire y su ejército de rufianes. ¿Ven, niños? Sin importar cuán estúpidos sean, sus padres siempre se preocuparán por ustedes. Shawn Maguire quiere vengar a su hijo, mientras que Viggo quiere evitar que John Wick elimine al suyo.

La historia no deja mucho de qué hablar, así que las conversaciones a la hora del café se limitan a “Oh, sí, anoche vi Run All Night, ¿qué hay de tu vida? La mía apesta”. Lo diferente de esta entrega de Liam Neeson, es que su conciencia tiene una carga emocional por haber aniquilado a tantas personas, la misma que debe tener por haber hecho de Qui-Gon Jinn en Star Wars: The Phantom Menace (2001), y su personaje busca redención. No digo yo, cuando el mafioso Maguire vive en una casa lujosa mientras que el infeliz de Conlon vive en una casucha sin calefacción.

Plomo, golpes, y violencia es lo que promete Run All Night, que indudablemente me la encuentro mejor que Taken 3 (2015). Esta es otra película más en la que nadie cuenta las balas de las armas (yo sí las estaba contando), pero sin embargo, me encanta el sonido de las mismas, que es estremecedor como un trueno. Así esta película se convierte en una de esas para ver un día lluvioso en los que no hay nada que hacer.