Chappie (2015)
Robots, armas e inteligencia artificial, ¿Cómo dejaría pasar esta oportunidad de ir a ver Chappie? Pues bien, esta película se trata de un robot que gana conciencia de sí mismo, y mientras éste aprende a vivir, no tiene que pasar nada inteligente para mantenerme entretenido viendo cómo tratan a dicho robot como mojiganga. Esto es entretenimiento descerebrado, y mientras menos lo pensaba, más me divertía.
Debido al alto índice de criminalidad en Johannesburg, Sudáfrica, en el año 2016 la compañía Tretavaal ha introducido una serie de robots para asistir a los policías humanos combatiendo las pandillas de criminales. Así como lo hubiera hecho el RoboCop 2014 si Detroit tuviera criminales. Al menos hay acción desde el principio. Estos robots se llaman Scouts o Exploradores, y son la creación de Deon Wilson (Dev Patel), quien en su tiempo libre aspira a desarrollar una inteligencia artifical capaz de hacer que sus robots puedan pensar y sentir. Tú sabes, casi la misma vaina de la Singularidad de Johnny Depp en Transcendence (2014), pero sin las explicaciones estúpidas.
¿En qué iba? Ah, el caso es que uno de los Exploradores de Tetravaal sufre un percance con unos criminales y será descartado, abriendo la posibilidad de que el buen doctorcito Wilson le instale la última versión de su software de inteligencia artificial, “conciousness.dat”. Guau, conciousness.dat. El caso es que después de que el doctor se robara a dicho robot, es secuestrado por unos criminales de poca monta que quieren robar un camión bóveda, y para ello necesitan apagar a los robots policías. Eso suena como un plan que ni a un niño se le ocurriría. Apagar a los robots, ¿en serio? Para eso están las bombas PEM, pero ni modo, ellos quieren un control remoto o algo. Lo que obtienen a cambio es un robot inteligente que empieza a comportarse como un niño, y tiene que aprender de todo. Tú sabes, como Johnny 5.
Por razones que no quiero entender, los criminales dejan ir al doctor, pero éste volverá en varias ocasiones para cuidar de Chappie (voz de Sharlto Copley). Aparentemente no es suficiente haber robado dicho robot luego de que la jefa Michelle Bradley (Sigourney Weaver) le dijera que no estaba interesada en inteligencia artificial. Wilson también tiene que ayudar a los criminales de pacotilla porque Chappie los considera como su familia. Adicionalmente, y para complicar la existencia de Wilson, está el envidioso de Vincent Moore (Hugh Jackman), quien quiere demostrar que su robot gigante Moose o Alce es capaz de lidiar con los criminales, en lugar de buscar la forma de vendérselo a los militares. Tú sabes, como el ED-209.
¿Sabes qué? Esta es una película estúpida y los personajes principales hacen vainas estúpidas. Al menos sus estupideces no vienen acompañadas de exposición. Sin embargo, lo que Neill Blomkamp hace bien es darle su estilo a los personajes y a los efectos visuales, combinados con la música de Hans Zimmer para acentuar las escenas de acción. Hablando de personajes, estoy seguro de que Yo-Landi y Ninja siempre visten así y que no estaban actuando sino que estaban siendo ellos mismos. Probablemente las armas de colores chillones también fue idea de ellos. Particularmente, me encanta la idea. Armas de colores, ¿por qué no? Después de todo, a Briareos le hace falta colores.
Para concluir, me gustó Chappie, pero es una película estúpida con escenas de acción y un robot gángster. ¡UN ROBOT GÁNGSTER! ¡¿Qué más se puede buscar?! Me encanta la idea. Hay ciertos temas de paternidad, espiritualidad, y conciencia que a uno le estrujan en la cara, pero los cuales yo prefiero no hablar porque, como dije antes, mientras menos lo pienso, más me divierto con la película. Aunque debo admitir que casi van al nivel de Lucy (2014) con ese final.