Metropolis (1927)
Metrópolis
Metropolis tiene que ser la película más antigua que yo haya visto en mi vida, en 13 añitos más va a cumplir 100 años. En 1927 las ideas de lo que era una película eran muy diferentes a las de ahora. Sin embargo, las ideas de un futuro distópico sí parecen haberse mantenido. Además de su antigüedad, esta película es especial porque tiene una de las primeras apariciones de una robot humanoide en el cine, una ciudad enorme, un conflicto entre dos clases sociales, y la extraña idea de que todos deberíamos vivir en paz y en armonía (rara película).
Metropolis es una de esas película del pasado que hablan acerca del futuro, uno distópico en esta ocasión, y que tal vez sería nuestro presente. Esa es otra razón más para revisarla en este momento. Es una película de cine mudo, en blanco y negro, de origen alemán, escrita por Thea von Harbou y su esposo Fritz Lang, quien también es el director. Luego de su lanzamiento como película, también fue presentada en forma de una novela por Thea von Harbou. Esta es una especie de cruce entre ciencia ficción, drama, y película revolucionaria. Es muy extraña, por lo menos para mí.
En mi opinión no se trata de verla con los ojos que vemos las películas actuales. Creo que al verla tenemos que darnos cuenta que a penas en el año 1895 los hermanos Lumiere hacían su primera proyección y que, ante este nuevo medio, lo que se tomó como referencia fue el teatro que era lo más cercano que había. De ahí que en Metropolis los actores tenga actuaciones extrañas y expresiones exageradas (como en las obras de teatro). También me parece que las expresiones exageradas eran para compensar la falta de sonidos, para expresar visualmente las cosas que no se podían expresar de otra forma.
Metropolis es una película tiene un mensaje político, así que al verla podría antojársele a la mente saber el origen o la inspiración de estas personas. ¿Qué rayos le estaba pasando por la cabeza a estos dos cuando decidieron hacer esta cosa? o ¿Qué estaban viviendo? Fue creada en el período entre las dos guerras mundiales, pero además ¿Quiénes eran Fritz Lang y Thea Von Harbou? y por otro lado, en la película se ve el encuentro “violento” entre dos clases sociales ¿A qué clase social pertenecían quienes la hicieron? Son preguntas interesantes, pero me parece que mucho más interesante es el camino hacia las respuestas, por eso no las voy a contestar aunque me gustaría que me dijeras tus ideas en los comentarios (lo má’ seguro que el que escribió esto ‘taba muy vago y no quería sentarse a bu’cá).
De todas formas, hablemos del contenido. Metropolis comienza mostrándonos una ciudad dividida en dos partes, el mundo subterráneo donde los trabajadores viven tristes y descricajados, y la superficie donde viven los dueños de todo junto a sus privilegiados hijos e hijas. Eso de que los ricos viven encima de los pobres aquí es literal. La grandiosa y masiva ciudad se mantiene funcionando gracias a los trabajadores que alimentan las máquinas y que sólo viven para ser explotados. Los dueños tienen un lugar de ensueño en el cual vivir, tienen bibliotecas, gimnasios, y los jardines de la eternidad. En estos jardines es donde nos encontramos con Freders (Gustav Fröhlich), hijo del arquitecto principal de la ciudad, Joh Fredersen (Alfred Abel). Por supuesto que el mangansón de Freders es uno de esos hijos privilegiados. Hasta le llevan chicas para que él escoja, que vida ni má’ tajalana. Entonces Freders presencia el rostro de Maria (Brigitte Helm, que también es la actriz que le da vida a la robot más adelante) y queda profundamente enamorado de ella.
El asunto se complica y resulta que Maria es una especie de profeta que quiere ayudar a los trabajadores a cambiar, de forma pacífica, su precaria situación. En este mundo de Metropolis a los que están arriba no les interesa el bienestar de los de abajo, y ahí está montado el conflicto, porque los de abajo están cada vez más cansados y lo único que impide que se desencadene un toyo es Maria. En medio de este conflicto está el señor Rotwang, una especie de científico loco (interpretado por el señor Rudolf Klein-Rogge) que está tratando de cumplir una vieja venganza contra su amigo Joh Fredersen, por “quitarle” a la que se convirtió en madre de Freders. En medio de este conflicto también está el amor del recién enamorado Freders a la chica de clase baja Maria, que al parecer lo corresponde. Por alguna extraña razón, me parece que la moraleja explícita que quiere dejar los autores de este trabajo es que (póngase voz de sermón aburrido y repetitivo) “El mediador entre las manos y el cerebro ha de ser el corazón”. El número de veces que se repite la frasesita esa es que lo delata.
Además de los personajes principales, Freder y su padre, Maria y Rotwang, hay algunos personajes secundarios que son importantes en un momento de la historia. Josaphat (Theodor Loos) es empleado en la oficina de Joh Fredersen, y es una especie de cómplice de Freder en su descubrimiento del mundo subterráneo. Grot (Heinrich George) también trabaja para Joh Fredersen pero en la máquina corazón, además es uno de los cabecillas de los trabajadores revoltosos. Hay otros personajes, pero no salen en demasiadas escenas.
Quiero tomar unas cuantas lineas para tratar de hacer una comparación constructiva con nuestras películas dominicanas. Metropolis forma parte de los inicios del cine y nosotros como país estamos empezando a incurrir en el cine. Ya sé que la comparación no es justa, pero quiero hacerla porque creo que puede dejarnos algunas ideas importantes, inicios vs inicios. La primera idea y comparación viene del propósito de Metropolis como película y como obra artística, yo preguntaba en párrafos anteriores acerca de ese propósito. ¿Y cuál es el propósito de las películas que estamos creando en estos momentos como República Dominicana? Lo que estamos haciendo es enfocarnos en el entretenimiento, nada de expresar lo que realmente nos está sacudiendo. Creo que Metropolis sí hace eso. Ahora mismo es más importante llamar la atención y “venderse” que hacer una declaración importante (no sólo en nuestro país, ok, yo lo sé). No tenemos villanos que realmente nos muestren cuáles son nuestros problemas actuales.
La segunda idea es que Metropolis parece más bien una obra de teatro que una película y, sin embargo, funciona mejor como película que algunas de las nuestras. Un ejemplo de esto son los efectos especiales. A pesar de que los efectos especiales de Metropolis no son lo máximo, se mezclan muy bien con el resto de la película, se ve que son parte de ella sin ser lo más importante. Por otro lado, en algunas de nuestras películas cuando se hace uso de efectos especiales, a pesar de todas las técnicas que ya existen, me parece que muchas veces no encajan bien, que no se mezclan con el resto del contenido. –Diantre, Pablo, que comparación má’ pendeja–Puede que lo sea, pero el punto es que Metropolis funciona mejor que muchas de nuestras películas, con todo y que la señora va caminando para los 100 años. Es como que tu abuelita de 87 años corra más que tú.
Ojalá que estemos dispuestos a olvidarnos un poco del orgullo y aprender alguito de la vieja. No estoy proponiendo que tenemos que copiar a los Alemanes o hacer películas de ciencia ficción, sino aprender un poco. Mucho de la parte de los propósitos cae sobre los hombros de nosotros los espectadores que también debemos de exigir películas que no sólo elogien la alegría de nosotros los dominicanos, sino que también nos ayuden a descubrir el origen de nuestras tristezas.
Al final, el punto de Metropolis son las desigualdades entre clases sociales, la industrialización, las personas que resultan víctimas de ella, y el nuevo tipo de esclavitud al que nos somete capitalismo. En ese plano, se habla de que los trabajadores y los dueños del capital deberían “llevarse bien” aunque se muestra que los trabajadores y sus familias son lo que sufren todas las penas, por lo menos hasta que los trabajadores deciden revelarse. En ese mismo plano, Metropolis muestra una de las primeras apariciones de un robot humanoide en una película, y la idea de que ese “ser-máquina” pueda reemplazar a los trabajadores o hacerse pasar por un ser humano. Esto empieza a parecer algo como “la abuela de Terminator”, futuro distópico, robots pasando por humanos, y la catástrofe amenazando con destruirlo todo. Otra cosa interesante es que Metropolis hace referencias a varias partes de la biblia, hace una analogía entre la gran ciudad y la torre de babel. De hecho, en el centro de la ciudad de la película está el edificio principal, donde trabaja Joh Fredersen, que se llama “Nueva Babel”. También hace referencia a la gran puta de Babilonia, el monstruo de 7 cabezas, y a los 7 pecados capitales.
Mi sentencia para esta película está dividida. Por un lado, al verla disfruté el hecho de presenciarla por ser una película vieja y por sus rarezas, pensando en eso le puedo dar un 4/5. Viéndola como una obra de arte y valorando su trascendencia. Por otro lado, viéndola desde el punto de vista de un espectador actual pensando sólo en el entretenimiento, no me parece tan entretenida. En mi opinión, las películas actuales son algo muy diferente a una obra de arte, me parece que en ese caso le corresponde un 2.5/5. Que quede claro que esta es MI valoración, y si piensas algo diferente, por favor déjamelo saber en un comentario. Yo, como pueden ver, me quedé con el punto de vista que le da más valor a la película, y por eso le puse sus 4 estrellitas. Hasta la próxima.
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