Locke (2013)

Locke es una película acerca de un hombre que maneja su auto del punto A al punto B, y lo único que pasa durante este viaje, además de manejar, es la serie de llamadas telefónicas con diferentes personajes que nunca veremos. En otras palabras, se trata de un hombre común y corriente sin ningún tipo de superpoderes ni una aventura por delante en la que tiene que salvar rehenes de unos terroristas. Esta película es acerca de ser un hombre. Un buen hombre. ¿Me oíste, padre?
Realmente no hay mucho que contar con relación a la trama de Locke, sólo conocemos a un hombre llamado Ivan Locke (Tom Hardy) que se monta en su todoterreno BMW y maneja hacia donde sea que tiene que llegar. Gracias a la integración por Bluetooth de su teléfono móvil con su vehículo BMV, Ivan puede hacer y recibir llamadas de sus familiares y compañeros de trabajo. La tecnología de Control de Crucero de BMW, Ivan Locke llegará a su destino sin preocuparse por exceder el límite de velocidad de la autopista. Espera, ¿es esto un anuncio de BMW y no me he dado cuenta?
Cuando la gente habla de cuán excepcional es el trabajo de Tom Hardy interpretando a este Ivan Locke, tienen razón. Al principio de la película no sabemos absolutamente nada de este señor, pero a medida que habla por teléfono nos damos cuenta de qué clase de hombre es, qué lo motiva, cómo es con su familia, cómo es en el trabajo, y porqué ha tomado las decisiones que ha tomado para terminar en la autopista. Esto es lo que hace a su personaje interesante. Lo vemos intentando resolver sus problemas y ser responsable, a diferencia de su ausente padre que nunca se preocupó de su familia.
Locke es una buena película minimalista en la que lo único extraordinario es un buen hombre que quiere ser responsable. De todos los personajes que nunca vemos, el que más me llama la atención es Donal (Andrew Scott), porque es el único que no se puede quedar en el mismo lugar si quiere que la construcción de un edificio se lleve a cabo. No puedo dejar de notar el trabajo de fotografía que tiene la finalidad de no aburrirnos con la misma toma de un hombre dentro de un vehículo, pero que algunas veces tomaron decisiones raras. A fin de cuentas, Ivan Locke es como un futbolista que no da pases, esquiva a todos sus oponentes, y anota el último gol del partido.
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