X-Men: Days of Future Past (2014)
X-Men: Días del futuro pasado
Probablemente has leído o tienes alguna idea de la saga “Days of Future Past” de las historietas de los X-Men, y te preguntas ¿cúanto habrán bastardizado esa historia para usar ese título en la película? Bueno, pues si has estado al tanto del universo de Bryan Singer, no es una pregunta a la que se le pueda dar una respuesta simple. Este es el universo de Bryan Singer, así que nadie más que él puede conectar los puntos para amarrar la franquicia completa e intentar hacer que funcione. ¿Funciona? Me parece que sí.
En un futuro no muy lejano, los mutantes son perseguidos por unas máquinas llamadas “Centinelas” que fácilmente pueden exterminarlos sin ofrecer mucha resistencia. Los pocos mutantes que se resisten al cautiverio no tienen para dónde coger, y el futuro lo único que ofrece es el exterminio de la humanidad, por lo que la solución de todos los problemas es ir al pasado a intentar resolverlos. Dado que se inventaron una teoría rara muy jalada por los pelos para los viajes al pasado y Kitty Pryde (Ellen Page) no puede hacerlo, le dieron un nuevo poder mutante sacado del trasero de uno de los escritores que consiste en hacer que la consciencia de alguien viaje en el tiempo. Esta técnica la han estado usando para esconderse de los Centinelas, haciendo que Bishop (Omar Sy) les avise del ataque un par de días antes.
La primera parte se la pasan hablando y explicando vainas para que podamos ambientarnos en este futuro distópico. Una de estas explicaciones incluye el tema de que la mente no puede viajar décadas al pasado porque sufriría daños (o algo así), y la mente de alguien que pueda regenerarse podría viajar 50 años al pasado, específicamente al 1973. Obviamente que ese alguien es Wolverine (Hugh Jackman), y si estás intentando buscarle alguna explicación acerca de que la consciencia no puede regenerarse ni aunque fueses Wolverine, pues estás perdiendo tu tiempo. Ese señor va al pasado sin importar lo que diga la gente, y una vez hecho esto, nos dan una referencia a The Terminator (1984).
Lo que más me gustó de este futuro es la forma en que los sobrantes de los X-Men / Hermandad de Mutantes Diabólicos luchaban coordinadamente contra los Centinelas. Básicamente son carne de cañón, pero sin embargo les dan suficiente importancia como para que brillen individualmente por algunos segundos… exceptuando a Kitty Pryde / Shadowcat, quien lo único que hace es poner sus adorables y suaves manos alrededor de la cabeza del individuo que viajaría al pasado. Las figuras de alto calibre que son Sir Patrick Stewart y Sir Ian McKellen no tienen tanta participación en el filme para no opacar a las versiones jóvenes de sus personajes, encarnadas por James McAvoy y Michael Fassbender. Esta mezcla me parece que es buena, porque así podemos enfocarnos en la historia que inició esta guerra, y sus excelencias Stewart y McKellen no tienen que cargar con todo el peso de la película.
Los Centinelas fueron originalmente creados por Tyrion Lannister Bolivar Trask (Peter Dinklage), quien ha intentado desplegarlos en territorio gringo con la finalidad de cazar y capturar mutantes. Por ironía o una chispa de brillantez del director, Bolivar Trask es en cierta forma un mutante (por su estatura) que se siente amenazado por otros mutantes (por sus poderes). Llamarlo el villano de la película es ir demasiado lejos, pues además de hablar en contra de los mutantes, no hace mucho que digamos. En el pasado sus ideas y sus Centinelas no se ven como grandes amenazas, pero ya en el futuro eso es otro tema.
Para variar lo que se ha convertido en una mala maña en el universo cinemático de los X-Men de Fox, Wolverine (Hugh Jackman) no es el centro de atención de la película, sino que puede relajarse en el asiento trasero junto a Bestia (Nicholas Hoult) mientras que James McAvoy y Michael Fassbender manejan el vehículo de la trama. Quizás es por eso que me gustó más que First Class (2011). En lugar de darle todo el protagonismo a una sola persona, la dividen entre los cinco responsables del desarrollo: Wolverine, Profesor X, Magneto, Bestia, y Raven/Mystique (Jennifer Lawrence).
Así, en el año 1973, casi 10 años después de los eventos de First Class, Wolverine tiene que juntar a Charles Xavier y Erik Lehnsherr para combatir a un enemigo común y evitar la guerra del futuro. ¿Logrará Wolverine su objetivo o el futuro será un peor lugar? Todos sabemos la respuesta porque, después de todo, es una película de superhéroes, pero me parece que supieron manejar la tensión de que probablemente todo podría salir mal.
La película tiene sus momentos cómicos, pero yo era el amargado que no se estaba riendo en el cine porque creo que los chistes estaban fuera de lugar, exceptuando a uno que involucra a un detector de metales. Quicksilver (Evan Peters) aparece como por 15 minutos en total, y mientras lo hace, se roba el show. Jennifer Lawrence demuestra una vez más que tiene mucho talento al interpretar a esta Raven/Mystique que, a pesar de tener la cara azul, muestra todo tipo de emociones. Hay una escena (que aparece en los créditos de The Amazing Spider-Man 2) en la que ella libera a unos mutantes de terminar en tragedia. Bueno, pues estos son unos perdedores que no van a hacer nada en la película y que sólo están para hacernos entender que hay más mutantes en el mundo.
Para concluir, me gustó esta X-Men: Days of Future Past, ya que va por la misma línea de First Class, dándonos más de James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, y sin sobreusar a Hugh Jackman. Las escenas de acción no son el enfoque del filme, sino que complementan la trama y el desarrollo de los personajes. Hay toda una colección de referencias al universo cinemático de Bryan Singer, lo cual incluye a X-Men (2000), X-Men 2 (2003), X-Men: First Class (2011), e ignora en su mayor parte a todas las demás que no pertenecen a este universo. Y por esto muchos estamos agradecidos.
P.D.: Hay una escena poscréditos que anuncia la próxima película de X-Men.
Spoiler Alert!
No voy a entrar en muchos detalles, y sólo voy a mencionar lo que más me distrajo:
- Bestia / Hank McCoy descubre “la cura” al gen mutante, pero es una fórmula temporal. ¿Qué diablos? Creo que eso explica la cara que tenía en X-Men 3 (2006) cuando conoció al niño ese.
- Esta cura es capaz de modificar el ADN de cualquier mutante, y a modo de referencia a las historietas, si Charles camina, no tiene sus poderes mutantes. Entonces con una sobredosis de dicho suero, es posible burlar a cualquier detector de mutantes momentáneamente como lo demuestra Bestia con un Centinela. En serio.
- Entonces barritas de metal son capaces de controlar a un Centinela y hacer que hagan la voluntad de Magneto. Yo entiendo que las barritas puedan mover a los Centinelas, pero controlarlos como si fueran de su propiedad es exagerar los poderes de Magneto de muy mala manera.
La mejor pelicula de X-Men de todos los tiempos… Definitivamente me gusto como conectaron todo.
Me gusto esta pelicula, las actuaciones, la historia que esta parte nos trae y como se conecta con otros eventos del pasado.