Divergent (2014)
Divergente

Divergent o Divergente es un libro que me pareció soso, aburrido, y obvio, cuya protagonista no me agrada ni hacen el más mínimo esfuerzo de que me importe sus acciones. Ahora hacen una película de dicho libro de Veronica Roth para intentar cautivar al mismo público que de “The Hunger Games“, y siendo sincero, ¿había alguna posibilidad de que me fuera a gustar el resultado? Obviamente no, pero admito que la película me pareció más impactante que el libro en el cual se basa.
En un futuro distópico, la ciudad de Chicago se ha organizado en cinco pandillas (o facciones, si así lo prefieres), las cuales valoran una cualidad en los humanos por encima de todas los demás. Estas facciones viven en diferentes sectores de la ciudad, tienen sus propias edificaciones características, y el único medio de transporte público es el tren que sólo los miembros de la facción Dauntless (u Osadía) tienen derecho a usar. Entonces si están gastando energía manteniendo a un sistema de transporte que casi nadie usa, ¿a quién hay que echarle la culpa de dicho desperdicio? Verás, pienso que el concepto de esta sociedad distópica está roto y no suena convincente.
Las cinco pandillas son Dauntless/Osadía, los siguen el lema ruso “no seas un pendejo” y por eso son los soldados; Candor/Verdad que siempre se esmeran en decir la verdad y regañar a quienes mienten, por lo que hacen el trabajo de jueces; Erudite/Erudición, los intelectuales que se enfocan en conocer más, por lo que son los… a estos no se les pueden llamar científicos, me rehuso; Amity/Cordialidad, quienes son amables con las demás y por eso son los granjeros (porque ser amable es ser pendejo); y finalmente Abnegation/Abnegación, cuya prioridad son los intereses de los demás y no los propios, por lo que hacen figuras políticas incorruptibles (¿cuándo se convirtió esto en comedia?). Nuestra protagonista Beatrice Prior (Shailene Woodley) pertenece a ésta última, y está jarta de su pandilla de desinteresados porque son unos aburridos y sus ropas son grises.
Así Beatrice y su hermano mayor Caleb (Ansel Elgort) tienen que decidir a cuál facción pertenecer el resto de sus días, una decisión irreversible y que de no tomarla, quedarían sin facción, deambulando por las calles recibiendo el dinero de la seguridad social. Claro, vamos a dejar que niños de 16 años tomen la decisión que marcará el resto de sus días. El caso es que hay un examen de aptitud, y el resultado de la indecisa Beatrice es “inconcluso”, por lo que hay que concluir que ella es “divergente”, es decir, tiene poderes como Keanu Reeves en The Matrix (1999). Quisiera que dejaran de usar esa palabra, me da jaqueca, y no tiene ningún valor. ¿Sabes qué considero divergente? Que tanto Beatrice como su hermano Caleb tengan 16 años, no sean gemelos/mellizos, y tengan los mismos padres.
Beatrice (o Tris, como se llamará en lo adelante) decide seguir a sus hormonas y se va por la pandilla Osadía, porque de lo contrario el libro y la película serían (¿más?) aburridos. Algunos extras de esta película sobresaltan más que el resto por sus malas actuaciones. En fin, uno de los líderes de la pandilla es Eric (Jai Courtney), quien es más payaso que imbécil, y por ello no puedo tomar en serio ni al actor ni al personaje. El instructor Four (Theo James), en cambio, es intimidante desde el principio, y luego se vuelve flojo. La historia se concentra en Tris, y un poco en Four, por lo que todos los demás personajes carecen de importancia (Jeanine, Al, Will, Christina, Andrew, Peter, Molly), y si no estoy interesado en la vida de Tris, ¿cómo van a hacer que me interese en los demás? Creo que Christina (Zoë Kravitz) sobresale un poco porque leí el libro y ninguna otra razón.
En general me gustó la forma en que presentaron este Chicago distópico, con edificios abandonados, turbinas para generar electricidad (?), un sistema de tren que nadie supervisa, y una muralla que nadie sabe lo que hay del otro lado además de las granjas de Amity. También se inventaron unas armas de fuego futurísticas que se ven forzadas porque dudo mucho que funcionen si existieran en la realidad, y bien podían usar armas convencionales. Esta vez no me importó que los camarógrafos padecieran del mal de Parkinson pero cuando necesitaban moverse todo se veía fuera de foco, y ni hablar de las escenas de acción.
Para concluir, si te gustó el libro, te gustará la película. La forma en que Divergent fue adaptada a película la consideraría más como un complemento visual al libro que una película que pueda valerse por sí sola. Obviamente no me gustó, la protagonista me parece indecisa e insípida, y no logro obtener razones para que me importe. El concepto de las cinco facciones me parece terrible porque así como lo demuestra la naturaleza humana tanto en el libro como la película, que un grupo se dedique a cultivar una cualidad no significa que tengan buenas intenciones o que hagan bien su trabajo.