300 (2006)
300 es una película basada en hechos reales. Esto es si se considera como “hechos reales” una novela gráfica de Frank Miller y Lynn Varley que no necesariamente tiene que retratar a la historia. Y por “no necesariamente” me refiero sólo a tomar par de hechos y par de nombres e inventarse todo lo demás. En fin, me gusta la película de 300 porque todos sabemos que es una forma de jugar con la historia e intentar poner vainas ridículas de por medio con tal de que el resultado se vea épico. Dije que me gusta, ¿okay?
La película empieza con una voz misteriosa narrándonos la crianza de Leónidas, el rey de Esparta. ¿Qué puedo decir? La voz de este señor es épica, y la forma en que lo narra es bastante memorable. Lo que dice no tiene que tener mucho sentido, pero es que tiene un je ne sais quoi que me encanta en la forma que dice “taught never to retreat, never to surrender” (se le enseñó a nunca retroceder, nunca rendirse). El caso es que vemos abuso infantil a un niño crecer, vemos parte de su entrenamiento, y finalmente lo vemos cuando se convierte en rey. Esta es toda la historia que necesitamos para entender cómo funciona este tal Leónidas.
Un día cualquiera, un emisario llega a Esparta con la finalidad de hacer que se rindan a la buena voluntad del rey persa Xerxes/Jerjes (Rodrigo Santoro). ¿Razón? No sé, quizás Wikipedia tenga algo al respecto, porque al menos en la película lo único que dicen es que Xerxes viene a arrasar con todo, pero está dispuesto a no acabar con aquellos que se arrodillen ante él. No tengo que decirte cómo termina esto porque es la razón por la que esta película existe.
No me importa lo que nadie diga acerca de Gerard Butler interpretando al Rey Leónidas. La forma tan exagerada o ridícula en que habla es lo que hace que su personaje sea tan memorable entre los que nos gustó la película. Bueno, pues por alguna razón, los espartanos son un montón de supersticiosos que tienen que consultar sus acciones de guerra con una oráculo y su danza inspirada en drogas y violaciones. Como no soy supersticioso, lo único que puedo ver es que hacía frío en el templo de los éforos. Acabo de gastar mi único chiste perverso, y no fue gracioso.
El caso es: ¡GUERRA! Bueno, no, porque la oráculo se lo negó, así que el ejército se quedará en casa. Sin embargo, Leónidas y un grupito de 300 espartanos, entre ellos Michael Fassbender, se dirigen a las Termópilas o Puertas Calientes para hacerle frente al ejército persa. Esta es la película que debes ver si lo que buscas es a un montón de hombres semidesnudos. Mientras Leónidas y sus hombres luchan en las Termópilas, su esposa, la Reina Gorgo (Lena Heady), intenta que el consejo de ancianos apruebe enviar al ejército espartano a ayudar a su rey. Esto evidencia que el sistema político espartano es un lío. No importa. ¡PELEAS! ¡VIOLENCIA!
Como dije anteriormente, me encanta la forma en que el narrador, Dilios (David Wenham), nos relata los acontecimientos siempre enalteciendo la figura del Rey Leónidas. El filme tiene un estilo visual único, y nos muestran cómo las batallas toman lugar a diferentes horas del día. La sangre sale en salpicones y desaparece casi inmediatamente. No me importa cuántas jabladurías se hayan inventado Frank Miller y Zack Snyder, me parece que 300 es altamente disfrutable por esas mismas jabladurías.
Conclusión
Me encanta 300 porque es una película que no refleja la historia y lo sabe, así que nadie debe esperar aprender historia griega a partir de ésta. La manera tan extraña en que los personajes hablan, con esas líneas de diálogo, los hacen aún más memorables. Los personajes son unidemensionales, pero es algo que entiendo porque ese no es el principal objetivo de la película.
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