We’re the Millers (2013)
¿Quién *&$%! son los Miller?

We’re the Millers es una comedia acerca de gente aleatoria que forman una familia postiza para contrabandear marihuana desde México. Como todas las comedias, las dos opciones son reírse o no, y en mi caso fue la segunda opción. La película no me entretuvo lo suficiente como para hacerme reír, pero sí para quitarme el aburrimiento por casi dos horas. Sí, la trama es simple y predecible, pero repito que no estuve aburrido mientras la veía.
Lo que creo que esta película hace bien es explorar un poco la individualidad de cada personaje antes de componer a “los Miller”, y una vez ya la familia está lista para la acción, explora un poco a cada integrante como si se tratara de una verdadera familia. Es por esta razón que me mantuve entretenido con la película, y por la cual el final me pareció obvio. ¿Y sabes qué? Nada de esto me importa tanto porque es una comedia, y lo que quiero es reírme, y eso no hago mucho durante We’re the Millers.
David Clark (Jason Sudeikis) es un narcotraficante localizado en Denver, Colorado, y tiene una buena clientela vendiendo marihuana de diversos sabores. Por coincidencias del destino, que no estoy dispuesto a contar para no restarle diversión al asunto, su jefe, Ed Helms, le encarga ir a México a buscar un cargamento de marihuana. Pues para importar marihuana de México, debe ser porque el negocio de las metanfetaminas es dominio de Heisenberg, por lo que nadie se atreve a importar cristales de meth.
En fin, gracias a los vecinos de Los Simpson, a David se le ocurre la brillante idea de armar una familia, rentar una casa rodante, ir a México, y volver a los Estados Unidos con la marihuana. ¿Suena descabellado y con la posibilidad de que esto no pasaría nunca? Sí, y me agrada la idea porque intenta hacer algo diferente en lugar de repetir lo mismo de cruzar un río nadando o en bote o un avión.
Un solo hombre no es una familia, por lo que recluta a dos de sus vecinos y a una delicuente juvenil. El primer vecino es Kenny (Will Poulter), cuya descripción tiene que incluir la palabra “extraño” o “raro” en algún lado porque simplemente lo es. La madre de Kenny se va de parranda durante días, por lo que nadie notará la ausencia de éste. La segunda vecina es Jennifer Aniston, quien es una stripper en bancarrota, conocida por su nombre escénico “Rose”. Y finalmente, la delincuente juvenil es Casey (Emma Roberts), quien abandonó su hogar por alguna razón, probablemente porque estaba muy cómoda.
Me gusta que cada uno de los personajes de We’re the Millers complementa a la familia de una manera única, y las actuaciones son bastante buenas como para pasar un buen rato. La película en sí no es tan memorable, pues aún acabando de verla no puedo recordar casi nada de ella, sólo el hecho de que pasé un buen rato y que me reí en varias ocasiones. Quizás es una indicación de que podré volverla a ver en un futuro cercano. Eso está por verse.
Conclusión
Me gustó We’re the Millers más por la historia simple que por el humor que tiene, y eso en una película de comedia no es algo tan positivo. Tiene sus momentos cómicos, sin duda, pero en general la película no me pareció memorable. Claro, la volveré a ver algún otro día porque si pasé un buen rato viéndola, es probable que pasaré un buen rato volviéndola a ver.
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