Sanky Panky 2 (2013)

Nueva vez, de manos de José Enrique Pintor llega la segunda entrega de Sanky Panky (2007), o secuela si se prefiere decir. Recientemente, José Enrique Pintor se quejaba de lo difícil y desfavorecedor que resulta promover y darle empuje a una película si hay muchos estrenos en una temporada; pues acabo de ver Sanky Panky 2, y la verdad no creo que el problema de si sea taquillera o no como su predecesora, se deba a la presencia de múltiples estrenos, la verdad es que esta película… es una chorrada colosal.
Volvemos a encontrarnos con Genaro (Fausto Mata), quien todavía trabaja en el hotel pero ahora como el jefe de los disfrazados de pollo, persiguiendo todavía su sueño de casarse con una gringa que le consiga un visado. Ahora Genaro lleva una doble vida; de sanky panky en el hotel, y de monógamo en casa junto a La Morena (Alina Vargas). Un día Genaro recibe la llamada del director del hotel, Giussepe (Massimo Borghetti), para confiarle unos huéspedes muy importantes, a cambio de convertirlo en asistente si todo sale bien. Genaro debe ser el asistente personal de una de las familias más poderosas de Italia, cuyas cabezas son la mamma mia, que es una mujer octogenaria en sillas de ruedas y tanque de oxígeno, y su suegro, Don Benito (Pericles Mejía), quien planea no muy en secreto asesinar a la mamma mia para apoderarse del clan. Mientras Genaro intenta equilibrar la situación entre la morena y el trabajo, llegan al país sus dos grandes amigos, Chelo (Tony Pascual) y Carlitos (Aquiles Correa), que le traen un problema más a Genaro: la gringa Martha con la que tuvo un amorío en la primera parte, ha regresado embarazada presuntamente de Genaro.
La película inicia con un musical, ¡un bendito musical!, más desabrido, cursi, y fuera de lugar que ese molesto niño que se la pasa toda la película importunando cual bufón. Pues les informo que ese musical es el inicio de la debacle que se cierne sobre todos los espectadores incautos gracias a un terrible, terrible guión. El musical de “Voy a ser papá” sólo me deja una posibilidad de razonamiento; ¿tenían que llenar el rollo? ¡No, tenían que remachar el guión con ese adefesio de “musical” para tratar de difuminar lo disparatado del guión!
El personaje de Genaro, no sé si fue por la trama tan odiosa, pero parece haber mermado el carisma y la simpatía que inspiraba en la primera. Y es que los motivos no ayudan, aparte de que se alejan de la temática de la película; una comedia acerca de un sanky, gigolo, o prostituto que busca una visa a través de embaucar (“engatusar”) a una turista blanquita de esas. Tuvieron la opción de tomar la trama o tema de la primera, y mejorarlo, incorporarles más elementos de peso, y no una barrabasada de una mafia italiana, que más cutre no les pudo quedar. La caracterización de Pericles Mejía no me pareció nada mal, en serio, pero todo el circo a su alrededor simplemente… no.
¿Y qué me dicen de la publicidad descarada que salta por todos lados durante la película? Lo de la dichosa batería fue jodidamente épico (me recordó cierta escena de “El mundo según Wayne“, LOL), debo decir que no había visto tanto descaro en mi vida desde que en mi país a las cortesanas se les comenzó a llamar presentadoras de televisión. Y esa música de fondo, ¡por los dioses! no es que está mal, pero la ponen hasta taladrarle los sentidos al público. Tal vez dirán que estoy resaltando mucho lo negativo, pero es que lo que han hecho con Sanky Panky 2 es desbaratar con los pies lo que se ha hecho con las manos, pues la trama de la primera fue más amena, ¿Por qué no mejorarla, en vez de cogerla como si se tratara de un pavo relleno al que le quieres meter más relleno hasta deformarlo?
Hacer una película de comedias no es diferente de hacer una película de suspenso, acción o cualquier otro género; debe haber un guión, se deben cuidar los detalles, no hacer reír por reír. Las improvisaciones déjenlas a los shows de comedia en la televisión, Sanky Panky 2 es un tributo a la famosa maldición de las segundas partes.