The Mortal Instruments: City of Bones (2013)
Cazadores de sombras: Ciudad de hueso
Con demasiada facilidad me puedo imaginar cómo los productores en Hollywood planearon felizmente con alevosía, una ingeniosa forma de adueñarse de la fanaticada huérfana de las sagas de Harry Potter y Twilight (Crepúsculo). Basada en la novela del mismo nombre de Cassandra Clare, y con segunda parte ya anunciada, “The Mortal Instruments: City of Bones” es la nueva apuesta de alegoría fantástica/romántica para el público adolescente.
Clary Fray (Lilly Collins) es una adolescente de 16 años que vive con su madre Jocelyn ( Lena Headey), y su padrastro Alaric (Harry Van Gorkum) en la ciudad de Nueva York. La preocupación de Jocelyn por su hija va más allá de la típica pantomima madre e hija adolescente; Clary dibuja y ve constante e inexplicablemente un extraño símbolo que, por alguna razón, crea cierto malestar en su progenitora. Clary cuenta con la amistad incondicional del nerdo y bobalicón Simon (Robert Sheehan), a quien una noche persiguiendo su obsesión con el raro símbolo, arrastra hasta un peculiar club nocturno. Mientras bailan e intentan mezclarse entre la gente, Simon va por unas bebidas, mientras Clary bailando, persigue con la mirada a un atractivo chico que se va a otra parte del club con una enigmática mujer. Para horror de Clary el chico es asesinado por la mujer y por otro joven de cabello rubio con armas raras que parecen tener vida. Para mala suerte de Clary, sólo ella pudo ver el suceso, nadie más vio nada. Impactada, Clary regresa a casa pretendiendo seguir su vida normal, pero su obsesión por el símbolo sólo arrecia tras el extraño encuentro en el club.
Mientras está reunida con Simon en una cafetería local, Clary vuelve a ver al extraño chico de pelo rubio, y a pesar de estar atemorizada logra hablar con él. Así descubre que él es un llamado “Cazador de Sombras”, una especie de élite, producto de la unión del ángel Raziel con un humano. El Cazador de Sombras llamado Jace le explica a Clary que el chico al que asesinaron no era humano sino un demonio, y que no se explicaba porqué ella podía verlos, pues los humanos no deberían ser capaces de ver hacia su mundo. Mientras conversa con Jace (Jamie Campbell Bowell), Clary recibe una llamada de su madre que extrañamente le dice que no vaya a casa; Clary escucha algo extraño y se asusta, corre a casa sólo para encontrarla totalmente destruida, y su madre desaparecida. Clary es gravemente herida, pero es salvada por Jace, que la lleva al instituto para ser curada. Allí descubre que si quiere volver a ver a su madre, debe ayudar a encontrar “La Copa Mortal” antes que el peligroso ex-cazador Valentine (Jonathan Rhys Meyers), quien quiere utilizar su poder para vengarse de los cazadores de La Clave.
Dicen que el mal reside en el vaticano, pero repito mil veces hasta el cansancio que está en Hollywood, porque no encuentro otra explicación para este híbrido amorfo de Harry Potter, la saga de Twilight y Hermosas Criaturas. Brujas, vampiros, hombres lobos, demonios, emos, góticos; unas escenas de desnudos con mucha sangre y hubiésemos tenido el final de True Blood. Decir que tiene situaciones y diálogos tipo clichés, de por sí es un cliché. ¿Dos canciones románticas completas dentro de la película con lluvia y luciérnagas en un jardín? ¿Un cambio de look para Clary? ¿En serio?
A ver, esta chica Clary (Lilly Collins) ya lleva cierta trayectoria y su cara resulta conocida, en este papel tiene la ardua tarea de convencernos de que su rol si bien es un protagónico, no es el de una tabla inerte a la que siempre hay que rescatar. Nuevamente, otra protagonista indecisa en medio de un triángulo amoroso, aunque debo decir que la chica resulta bastante competente en su interpretación, sobretodo porque no se enfocó su personalidad o la trama en su disyuntiva amorosa hasta el cansancio, como en otras producciones. Jace (Jamie Campbell Bowell) y sus camisetas sucias y rasgadas, es el chico malo ideal para una band boy emo; un chico frío y distante por el que toda jovencita delira al ver su corazón derretirse de amor y pasión por la protagonista. No me puedo quejar de la actuación de Jamie Campbell y su interacción con el personaje de Clary, no resultó empalagosa ni desplazó el argumento… eso fue hasta que decidieron agregar las canciones.
Por otro lado, los que ven Game of Thrones pueden deleitarse viendo cómo le dan una paliza al personaje de Lena Headey que hace de Cersei en dicha serie, además de eso su personaje no hace demasiado. En cuanto al villano Valentine con su look de gitano gótico mojado, creo que se le dio poca participación, sobretodo tratándose de un actor como Jonathan Rhys Meyers. Los demás personajes secundarios son buenos, pero no me parecen suficientes, es decir, se supone que es una sociedad de muy buenos y experimentados cazadores, pero todos concordarán en que la raza está un poco… escasa, algo que se nota demasiado cuando incorporan la suntuosa escenografía del Instituto no, no es Hogwarts. Cabe destacar que la utilería y el vestuario de la película, parece que fueron pensados para aumentar las ventas de Hot Topic.
Spoiler. Clary y los demás buscan desesperadamente la dichosa Copa Mortal, y resulta que cuando Clary descubre que sólo ella puede sacar la copa de un naipe, revela el secreto… ¡sin necesidad alguna, ante una perfecta extraña que bien podría estar poseída por un demonio de Valentine, y resultó estarlo! ¿Y por qué se llama Ciudad de Hueso, si dicha ciudad sólo sale por unos 5 minutos, una sola vez en toda la cinta y no tiene valor alguno para la trama?
En conclusión, si desean complacer a su hermanita, prima, “amiguita” de dieciséis años, esta película es la indicada, y para ser justos no van a pasar un mal rato, la historia es interesante; cala en los recuerdos de Harry Potter y su mundo, pero también en los de la tan indeseable Twilight, y tal vez por eso deje la mala sensación en el espectador maduro, de no ser más que otro culebrón juvenil con buenos efectos especiales.