The Big Wedding (2013)

“The Big Wedding” es una película que pretende tratarse de alguna gran boda pero, muy contrario al sentido común, no se trata de la boda sino de todos los personajes que estén vinculados de alguna manera con dicho evento. Creo que el título de “The Big Wedding” es la forma más vagabunda de referirse a la película, y que sólo demuestra la falta de esfuerzo a la hora de elegirlo. De hecho, les tengo un mejor título que describe muy bien de lo que se trata este filme.
La película empieza con una de las escenas más extrañas en lo que va de año en películas. Ellie (Diane Keaton) llega a la casa que construyó junto a su ex-marido, Donald “Don” Griffin (Robert De Niro), y en la cual vivieron por 20 años. Aquí criaron a sus tres hijos: Jared, Lyla, y su hijo adoptivo Alejandro (sobre todo). Sea cual sea la razón de su divorcio, Don (De Niro) está viviendo con su amante Beatrice “Bebe” (Susan Sarandon), quien resulta ser la mejor amiga de Ellie a pesar de que han pasado 10 años desde que ésta se marchó a buscar pastos más verdes.
Quizás no entiendo bien la cultura, pero para mí es muy extraño que un hombre le pegue los cuernos a su esposa, empiece a vivir con su amante, y que su ex-esposa sea la mejor amiga de esta amante y que a su vez sea invitada a la misma casa que ya no es de su propiedad. No estoy diciendo que eso no pase, pero es que me parece extraño. En mi caso, mi primera ex-esposa me quiere matar, y si tuviera que invitarla a la boda de uno de nuestros hijos, lo más seguro ésta se tendría que quedar en un hotel bien alejado de mi lugar de residencia.
Brevemente nos introducen a la pareja que se va a casar, y la razón por la que el filme se titula “The Big Wedding“. Melissa “Missy” (Amanda Seyfried) es una hija de irlandeses Católicos, y luego de su efímero matrimonio con aquel perdedor en Mamma Mia! (2008), ahora busca contraer matrimonio por la iglesia con el Príncipe Caspian Alejandro “Al” Griffin (Ben Barnes). El Padre Robin Williams será quien oficiará el casamiento, por lo que tiene una serie de preguntas que los condenan al sufrimiento eterno del infierno antes de que puedan contraer matrimonio. Así podemos hacernos una idea de que los padres adoptivos de Al son unos paganos, y que la madre biológica de Al es una Católica devota que vendrá desde Colombia a presenciar la boda. El problema de esto es que Al nunca le ha dicho a su madre biológica que sus padres adoptivos se han divorciado, lo cual es un pecado ante los ojos de la Iglesia Católica. Y éste será el tema central porque nadie sabe qué hacer con su vida y para matar el tiempo trabajan en películas como esta.
Seguimos introduciendo a más integrantes de la familia porque parece que hay espacio de sobra. Lyla (Katherine Heigl) le tiene asco a los bebés porque son unas esponjas ruidosas de gérmenes o porque está embarazada, pero independientemente de esto a la película no le importa tu opinión con respecto al tema. Está casada con un tal Andrew, que a nadie le importa y que sólo usan para agregarle dramatismo al personaje. ¿Te acuerdas de esa frase de que nunca entenderás a las mujeres? Bueno, la película se encarga de darle todo el poder a esa frase y descargarlo sobre un solo personaje.
Esta mujer fue a buscar a su hermano Jared (Eric Foreman Topher Grace) al hospital en que trabaja por alguna oscura razón. La única que se me ocurre es que fue al hospital para agregarle al filme algunos momentos cómicos con Eric Foreman de That ’70s Show, porque no es que ella necesitara de su ayuda ni nada. Jared, en cambio, parece que ha tomado malas decisiones en su vida, y no hay quien le haga cambiar de parecer… hasta más adelante en la película, por supuesto.
Luego nos introducen a los padres de la novia, Muffin y Barry O’Connor , un par muy singular que de verlos nos dan a entender que son unos xenófobos, intolerantes, y tarados. Felicidades, película, si hay algo que has hecho excepcionalmente bien, es dejarnos saber cuando hay dos personajes que estamos supuestos a odiar. Muffin, la tipa se llama Muffin, y es un ejemplo de rubia descerebrada. Espero que le hayan pagado mucho dinero a Christine Ebersole por hacer a un personaje tan despreciable. Barry (David Rasche) no hace mucho por lo que sólo podemos asumir que el personaje es tonto de las pelotas.
Finalmente, al listado de personajes que no nos importan tanto agregan a la hermana de Al y a su madre biológica, Nuria (Ana Ayora) y Madonna (Patricia Rae), respectivamente. ¿Por qué razón a alguien se le antojó nombrar a esta mujer Madonna? Es una película, el guionista/director tiene libertad de elegir cualquier nombre usado en Hispanoamérica, pero decidió irse con “Madonna”. De hecho, le pudo haber preguntado a alguna de estas dos actrices si podía ingeniarse algún nombre diferente a “Madonna”, como por ejemplo, Ana o Patricia.
En fin, Madonna es una mujer Católica fundamentalista que ve con malos ojos la cultura liberal de los padres adoptivos de Alejandro, quien no le ha dicho que éstos están divorciados. Irónica o cliché-mente, la hija de Madonna, Nuria, es– ¿cómo ponerlo delicadamente?– parece como si estuviera buscando mangar su visa y no voy a entrar en detalles. Sin embargo, creo que el punto principal del filme es que quiere mostrar de una manera cómica la diferencia cultural con relación a una boda de este calibre. He presenciado bastante casos similares (pero sin lo ridículo y morboso que esta película se esmera en mostrar), por lo que estuve obligado a reírme involuntaramente de ciertos momentos.
Conclusión
Para tratarse de una boda, “The Big Wedding” tiene muy poco de dicha boda y los novios que van a casarse, y demasiado de los personajes que no van a contraer matrimonio. El reparto está demasiado abultado por lo que al final no nos termina importando ninguno de los personajes y no hay un protagonista definido. No esperaba nada de esta película, pero al final terminé con unas cuantas risas, y no sentí como si haya perdido mi tiempo viéndola. ¿Es una buena comedia? No. ¿La recomendaría? Tampoco. ¿Hay alguna actuación que sobresalga? Menos. Sin embargo, no la odio ni la llamaría una mala comedia, sino una película para pasar el tiempo que quizás pueda sacarle a más de uno una risa aquí y allí. Al final, la acepto por lo que es, una comedia estúpida cuyo título debió haber sido “The Big Clusterfuck”.
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