Jack the Giant Slayer (2013)
Jack el caza gigantes

¿Alguna vez has estado tan fumado con una diarrea que miras lo que acabas de poner, decides darle una historia, y terminas jugando con tus propios excrementos? Yo sí, y generalmente la historia es de X-Men como si la protagonizara Lindsay Lohan, pero eso es otra historia. El caso es que la gente detrás de Jack the Giant Slayer (Jack el caza gigantes) pasó por el mismo proceso para hacer esta película basándose en el cuento de hadas de “Las habichuelas mágicas.” Mágicas en el sentido de que dan una diarrea que no tiene fin. ¿Cómo es posible extender a un poco más de hora y media una historia que podría contarse en 6 minutos o menos? Buscando más ideas en la letrina usada anteriormente mientras estaban bien drogados.
La historia empieza con una dualidad cuando Jack y la princesa Isabelle son unos chamaquitos de 8 años. El padre de Jack le cuenta a éste su historia favorita antes de dormir: el Rey Erik, los gigantes, y las habichuelitas. La madre de Isabelle también cuenta la historia de los gigantes a su hija, y al final le dice a ésta que ella es descendiente del legendario Rey Erik. Dicha historia se trata de que ciertos monjes que intentaron encontrar a Dios crearon unas habichuelitas mágicas que crecieron en una gran planta que se conectó a una isla flotante. Sí, una isla flotante que no da sombra. El Rey Erik logró hacerse una corona sacándole el corazón a uno de los gigantes que llevaron caos y destrucción a su reino. Esta corona tiene el poder de controlar a los gigantes, por lo que el Rey les ordenó devolverse a su tierra, mientras que sus soldados cortarían la planta. Cuando Erik murió lo enterraron con su corona y las habichuelas que quedaban. Ahí termina la película, no hay necesidad de seguir. Ya pasaron 6 minutos. Este relato se realiza con imágenes creadas a computadora que no se ven tan bien para estos tiempos y que, irónicamente, son lo mejor que tiene el filme este. La narración del padre de Jack y la reina sin nombre encajan perfectamente con el relato.
Me gustaron los efectos especiales de destrucción, como ver una campana o un árbol volando. Todo lo demás está entre los reinos de NoMeImporta y NoMeInteresa. La historia es consistente, pero aburrida, sosa y lenta. Ewan McGregor tiene que pagar muchas deudas porque es inconcebible que malgaste su tiempo en semejante disparate. Los personajes van por el mismo camino y las actuaciones de Nicholas Hoult (como Jack) y Eleanor Tomlinson (como la princesa) no están de nada. Roderick (Stanley Tucci) sólo hace acto de presencia para dejarnos saber que es el villano, y tiene uno de los peores planes que un villano puede tener — usar a los gigantes para destruir el reino que quiere gobernar, a pesar de que es el prometido de la princesa.
Luego de un poco más de una hora de la tortura impartida por Jack the Giant Slayer, estaba celebrando el hecho de que estaban recogiendo los bates, pero realmente faltaba media hora más de los efectos laxantes. El líder de los gigantes es uno de dos cabezas, de las cuales una es completamente innecesaria porque no controla el cuerpo, no puede hablar, y por ello le cuesta comunicarse con la otra cabeza. Los cines deberían de pagarnos para ver películas como estas, y darnos una carta disculpándose por hacernos perder el tiempo. En conclusión, manténganse alejados de Jack the Giant Slayer. Al menos no lo vi en 3D, porque ahí sí estaría gritando “Fi-Fai-Fo-Fum, me robaron mi dinero, hijos de pu–“