Willy’s Wonderland (2021)
No importa cuántas veces pueda repetir la palabra “ridícula”, nunca le hará suficiente justicia para describir precisamente lo que es Willy’s Wonderland, que es una película del mismo calibre de Psycho Goreman (2020). Uno puede llegar a pensar que es similar a Five Nights at Freddy’s, y es lo más cercano a ello sin entrar en territorio de demandas derechos de autor, pero no es una película de terror, más bien es comedia.
Nicolas Cage interpreta a un tipo que prácticamente no habla en la película entera, y en los créditos simplemente se refieren a él como “El Conserje” en lugar de ser “El tipo” o “El individuo de la chaqueta”. El título de conserje viene porque, además de que nadie se sabe su nombre, le ofrecen un trato de limpiar de noche un establecimiento de comida rápida estilo Chuck E. Cheese (o FNaF) a cambio de que le entreguen su Camaro SS con cuatro neumáticos nuevos, ya que alguien se puso de contento y puso una tira de clavos en una calle donde no se mueve un alma.
Los más astutos pensarán que 1) si hay una tira de clavos en el medio de la calle donde no pasa nadie, 2) se aparece una grúa que solamente pide efectivo para remolcar el vehículo y cambiarle las llantas, y 3) la forma de pago es a base de que el dueño del restaurante Willy’s Wonderland te ofrezca un trabajo nocturno, pues hay algo extremadamente malo con todo esta menéutica. Dicho sea de paso, el trailer lo revela todo así que lo que viene no es una sorpresa.
También hay unos carajitos que no tienen ninguna razón de estar en la película, y del único nombre que me voy a acordar es de Liv (Emily Tosta), que es la hija adoptiva de la alguacil Lund (Beth Grant). Y esto se debe a que Liv es prácticamente la única carajita que quiere prenderle fuego al establecimiento, mientras que los demás solamente hablan disparates y asienten. No es que Liv no hable disparates. También hay una historia detrás del restaurante, y me parece extremadamente ridícula, no sé si era necesario alargarla con eso, pero ni modo, es lo que es.
En cuanto a la violencia pues, es del tipo de violencia en la que la cámara se tambalea como si estuviese en un terremoto, los ángulos ofuscan los golpes, y la edición es frenética. Y mientras eso pasa, hay una banda sonora y unas luces de colores que ambientan todo y, bueno, no será lo mejor del mundo pero yo me estoy riendo de todas maneras. Adicionalmente, hay unas canciones temáticas por parte de los robots animatrónicos, y es el tipo de esfuerzo que me gusta ver en películas como estas.
Para concluir, Willy’s Wonderland es del tipo de películas ridículas y divertidas que tiene acogida en un público muy limitado precisamente porque es ridícula, se ve barata, y los carajitos no aportan nada a la trama.