A New York Christmas Wedding (2020)

¿Es esta una película cristiana? Porque sin saber absolutamente nada, A New York Christmas Wedding me da la impresión de que es una película cristiana. En parte, lo es, pero por otra parte, no lo es. Aunque hay un componente religioso, ese no es el enfoque de la película, pero sí es importante para el desarrollo de la misma. Lástima que le falta un poco de todos lados para que sea más entretenida, interesante, y memorable.
La película empieza con Jennifer Ortiz (Camilla Harden), una carajita que está esperando a que su mejor amiga Gabrielle (Natasha Goodman) llegara para que la ayudara a decorar el arbolito de Navidad. Y “decorar el arbolito” es un eufemismo. El caso es que Gabrielle está “estudiando” con un jevito cuyo nombre no tiene importancia. Este evento es importante por que marca el fin de la amistad de Jennifer y Gabrielle, y veinte años en el futuro es que empieza el meneo de la película.
Jennifer Ortiz (Nia Fairweather) ha empezado una nueva carrera como veterinaria, después de haber pasado cuchumil años en Goldman Sachs, y está comprometida con David (Otoja Abit), un heredero de alguna compañía multimillonaria. El caso es que esta noche tiene que cenar con sus futuros suegros, y se puede ver que a la futura suegra necesita de un poco de ajorcamiento en su vida. Como toda persona un normal, Jennifer se va a correr un rato para alejarse de la suegra, y se encuentra con Azrael Gabison (Cooper Koch), quien le permitirá protagonizar 13 Going on 30 (2004) sin Mark Ruffalo. Tienen que armar la trama antes de entrar de lleno a la parte de “romance”, que es el género de la película, romance en Navidad.
En la realidad alterna, Jennifer vive con Gabrielle (Adriana DeMeo), y honestamente no sé lo que ninguna de las dos hace, pero es una línea más positiva, en la que el papá de Jennifer, el Sr. Ortiz (David Anzuelo) está vivo, las dos amigas son amantes, están comprometidas para casarse, y es la época navideña. Así que si la suegra quería casarlos a la mala en Navidad, ahora es Navidad, y ¿qué podría pasar? No lo sé, es como que el título “Una boda navideña en lo Nueballore” no es suficientemente sugestivo.
Y dije que no es una película cristiana, pero los componentes cristianos están muy presentes. Azrael, por ejemplo, es ángel, pero no es ese Azrael. Gabrielle y Jennifer se quieren casar, pero específicamente se quieren casar en la iglesia de la comunidad que han asistido toda su vida, oficiada por el Padre Kelly (Chris Noth), quien a su vez toma las palabras del Papa Francisco sobre “Dios te hizo gay, y así mismo Dios te quiere” como una señal de que la Iglesia Católica tiene que evolucionar y dejar de condenar a la gente que se quiere. Entonces, uno estará pensando que es una historia bonita de amor, pero estoy seguro que habrá otros condenándola como el final de los tiempos.
La película en sí se ve de bajo presupuesto, con cámaras de mano, actores que nunca había visto, con actores que uno ve en el reparto de series o películas sin recordarlos, y con una historia jalada por los pelos. Sin embargo, no me parece que haya sido tan mala, pues a pesar de todo lo negativo que tiene, se siente más auténtica y mejor intencionada que muchas películas del género de “comedia romántica”. Se nota como si el director, Otoja Abit, está intentando hacer una película que deje una buena impresión en la gente. Que lo haya logrado o no ya es otro tema.
Para concluir, A New York Christmas Wedding es una película mediocre que intenta terminar de manera positiva y alegre. Ahora, Azrael primero tiene que enseñarle crueldad a Jennifer para que aprecie tener una segunda oportunidad, pero muy bien se hubiese ahorrado el trabajo dejado las cosas tal cual.