Project Power (2020)
Proyecto Power

Yo pensando en la canción de Eurobeat “Power” de Go2 que no tiene absolutamente nada que ver con el título de la película. Project Power nos vende la idea de que es posible tener superpoderes por 5 minutos a base de una pastilla. Porque así es como los gringos resuelven todos sus problemas, a base de pastillas. La pregunta es ¿tomarías esta pastilla para saber el poder que tienes?
Como si se tratara de una ruleta rusa, la pastilla esta que brilla, que no tiene nada que ver con Limitless (2011), puede matarte de la primera vez o puede despertar en ti un superpoder secreto. En otras palabras, el poder no está codificado en la pastilla sino en el humano que se la toma, y casualmente algunos se la toman para descubrir que su superpoder es explotar en millones de pedacitos. Una noche cualquiera un narcotraficante que llamaremos Biggie (Rodrigo Santoro) se aparece en New Orleans para distribuir las susodichas pastillas entre los vendedores locales de drogas. Yo pensaba que el discurso inicial era sobre un marketing multinivel.
En fin, las pastillas llegan a manos de algunos criminales, y la policía no puede hacer nada porque cuando están cerca de aprehender algún criminal, “los hombres de negro” evitan que la policía meta sus narices en el meneo a base de burocracia. El detective Frank Vainita (Joseph Gordon-Levitt) no coge esa, y al estilo de Bad Boys (1995), hace lo que le dé su mardita gana y usa las pastillas que consigue de Robin (Dominique Fishback). Robin es una carajita que básicamente toma el camino de Breaking Bad porque su madre tiene diabetes.
Ah, ¿entonces la película se trata de un policía rebelde que toma pastillas para enfrentarse a los criminales y detener al sindicato del mal? No, porque es muy simple y uno vería demasiados criminales diferentes. La película se trata de que Art (Jamie Foxx) está buscando a su hija porque los fabricantes de pastillas la raptaron para exprimirla como una naranja y sacar la fórmula de los superpoderes. Adicionalmente, los narcotraficantes quieren venderle las pastillas a algún cartel en América del Sur para que conquisten la región o algo, no sé porque nadie hizo el esfuerzo de desarrollar esto mejor ya que se acordaron de que la trama estaba demasiado cargada. Y con esto pues, viene otro discurso de marketing multinivel.
El caso es que Art es sobre quien gira la trama, pues tiene historia con “los hombres de negro”, y es a su hija Tracy (Kyanna Simone Simpson) a quien raptaron. Robin tiene la mala dicha de estar en el medio vendiendo pastillas cuando Art está buscando a su hija. Ahora, yo no sé lo que estaban pensando, pero la jevita está rodeada de criminales y muertes, y su superpoder es simplemente salirse con la suya. Entonces supongo que la trama también se trata de cómo esta jeva evita los problemas mayores que le rodean, aunque realmente no tenga ninguna razón para seguir en la película. En fin, alguien podría decir que se trata del universo antes de X-Men (2000) o The Boys y yo se lo creería.
Las secuencias de acción son flojas porque son de esas que están editadas rápidamente para evitar tener que rodarlas varias veces. Los efectos visuales no son tan malos, algunos se ven sin terminar, pero no es algo de lo que yo me vaya a quejar porque no son al nivel de Gods of Egypt (2016). Alguien se puso de creativo, y la responsabilidad está entre los directores y el director de fotografía. Por ejemplo, hay una escena en la que una jeva está encerrada en un tanque, y hay vainas violentas pasando en el fondo, pero entonces en lugar de enseñarnos la violencia afuera del tanque, es como si la cámara estuviera dentro del tanque mirando hacia afuera.
Para concluir, no creo que Project Power sea una buena película, pero tampoco es que me importaría verla de nuevo si está en el fondo mientras estoy planchando la camisa que voy a usar para asistir a una boda. Probablemente no me acuerde de nada, y en ese momento que la esté viendo de nuevo mi reacción será “ah, sí, cierto” y lo olvidaré de nuevo.