Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga (2020)
Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga
Las comedias deben dar risa, pero Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga no me parece graciosa y es otra película más en la que Will Ferrell interpreta a un protagonista despistado que tiene grandes sueños y es el hazmerreír de toda la nación. En esta ocasión su personaje despistado se ubica en Islandia, por lo que habla inglés con un acento extraño que supuestamente debería de dar risa.
La película empiezan en 1974 en Húsavík, Islandia, cuando el joven Lars (Alfie Melia) empieza a bailar frente la televisión a la canción de Waterloo de ABBA, mientras sus familiares se burlan de éste. Lars jura que ganará el concurso llamado Eurovision Song Contest, y que así él será quien se reirá de último. Chorrocientos años después, Lars (Will Ferrell) sigue viviendo en el sótano de su padre Erick (Pierce Brosnan), componiendo las canciones para participar en el concurso de canto junto a Sigrit (Rachel McAdams), quien por alguna razón sigue juntándose con él. No sé lo que ninguno de los dos hace mientras no están jugando a ser un grupo musical, pero en una se ve a Lars poniendo una multa de parqueo y Sigrit menciona que tiene estudiantes. Uno pensará que esto sería suficiente para pagar sus facturas, pero ese no es el caso.
El gobierno de Islandia–o no sé, unas gentes reunidas con alguna autoridad–está preparando su participación para Eurovision Song Contest, y al faltarle un participante, elegirán uno al azar. Tú y yo sabemos a quiénes elegirán. Cada vez que Fire Saga, el dueto de Lars y Sigrit, está en el escenario, pasa algo inesperado y el resultado es algo vergonzoso para ambos. Este es un chiste recurrente. El otro chiste recurrente es que el apellido de Lars es Erickssong, y el de Sigrit es Ericksdottir, denotando que el padre de ambos se llama Erick, la gente pregunta si son hermanos. La primera vez que alguien hace la pregunta, es tolerable, pero cuando varios personajes hacen la misma pregunta, pues se vuelve insoportable.
Debido a circunstancias insesperadas, Fire Saga representará a Islandia en Eurovision Song Contest, y bueno, nadie espera que ganen. Uno de los cantantes que conocen es Alexander Lemtov (Dan Stevens), de Rusia, quien es muy-muy gay, pero no de la variedad colorida, y por tanto hay un chiste por ahí, pero es uno que tampoco me da risa. Hay más cantantes y grupos musicales, y montan todo un espectáculo en el concurso, pero como se trata de ninguno de ellos, su tiempo en pantalla se cuenta en segundos. Es una lástima porque para mí esto es lo mejor de la película. Una película que trata de un concurso de canto en el que sólo se enfocan en un dueto, e ignorando al resto de los concursantes, pues es un problema, pero entonces está el subtítulo de la película, The Story of Fire Saga, y no hay lugar para las quejas.
Para concluir, Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga no es una película graciosa, y trata de cómo un hombre absurdamente despistado abre los ojos y encuentra el tesoro que siempre ha estado delante de él. Al menos hay un mensaje entre las pocas canciones que tienen, y es lo mejor que puedo decir de la película esta.