The Kissing Booth (2018)

Yo no entiendo el género de “comedia romántica”, porque The Kissing Booth no lo es, se trata de otra película de romance adolescente que nadie va a recordar y en que sus protagonistas tienen que aprender una lección importante, que nunca es muy tarde para empezar a consumir alcohol. Como ya el género pos apocalíptico de los jóvenes adultos ha muerto, pues quizás sea hora de revivir las de romance adolescente.
Lee Flynn (Joel Courtney) y Elle Evans (Joey King) nacieron el mismo día, a la misma hora, sus madres han sido mejores amigas durante muchos años, y prácticamente los han criado como hermanos gemelos. Esto no tiene mucho sentido porque Lee tiene un hermano mayor, Noah (Jacob Elordi), y Elle tiene un hermano menor, Brad (Carson White). Para fines de la trama, tenemos que asumir que debido a su crianza son una familia grande, y que Lee y Elle son los mejores amigos del mundo y nunca han explorado darse besitos a escondidas.
El hermano mayor de Lee, Noah, se le sale lo bruto muy fácilmente y casi siempre está en una pelea. Cuando Elle está en aprietos insignificantes, Noah salta como Hulk a defenderla y ahí es cuando debes de temerle a la posibilidad de un feminicidio. Noah se pone bravo porque es como si estuvieran molestando a su hermana menor o porque se pone muy celoso. Lo segundo es el caso más probable. Elle está aficiá de Noah porque es alto, buenmozo, musculoso, y le sobra carisma, pero no puede hacer nada porque tiene una serie de reglas con su mejor amigo que dice que los familiares están fuera del alcance. De estas reglas creo que sólo vamos a escuchar 4 o algo así.
El caso es que el nuevo año escolar está a la vuelta de la esquina y tienen que inventarse una idea para el carnaval que se hará algún día, y la propuesta de Elle y Lee es –el título de la película– The Kissing Booth o la cabina de besos, donde gente menos afortunada pagará por la posibilidad de chulearse a un o una estudiante que no podrá resistirse porque tendrá los ojos vendados. Las chicas populares e indeseables, Olivia (Bianca Bosch), Mia (Jessica Sutton), y Gwyneth (Zandile-Izandi Madliwa), no tienen ninguna razón para hablar con Elle más que para preguntarle si el buenazo de Noah Flynn va a participar en la susodicha cabina.
Sin la cabina, la idea esta de tu mejor amiga aficiarse de tu hermano mayor ya había sido explorada recientemente en The Edge of Seventeen (2016), sólo que Nadine estaba loca y aquí en The Kissing Booth, la locura está más limitada. Quizás es porque viven en Los Ángeles cerca del letrero de Hollywood, pero tengo entendido que los Flynn son ridículamente ricos, y aunque la casa de los Evans no sea tan grande en comparación, no significa que falte el dinero.
Los diálogos a veces suenan como si estuvieran rayando uñas en una pizarra. Yo no entiendo cuál es el afán de todas las jevitas de mostrar su cara de asco cuando hablan de Lee sólo porque no es Noah. También está el hecho de que muestran el aficie posesivo, en el que Elle tiene que pertenecer a alguien y hacer lo que él diga, a lo cual ella muestra resistencia. El caso es que la película trata de que si te gusta el hermano de tu mejor amigo y a él le gustas, pues todo es posible, incluso que te bese en medio de todo el mundo cuando tienes los ojos vendados. Esto a su vez empieza una serie de eventos que vamos a llamar amorencondío, donde las cosas se complican porque alguien está rompiendo las reglas que establecieron cuando tenían 6 años de edad. ¿Qué yo estaba haciendo a los 6 años de edad? Aprendiendo a montar bicicleta, así que no me creo mucho esto de las reglas.
Para concluir, no creo que The Kissing Booth sea buena película y es una que voy a olvidar muy rápidamente, pero si buscas un romance adolescente que sea cursi y empalagoso, pues esta es una película para ti.